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Jabugo

Con la "ja" de jamón

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Si los cerdos tuvieran país, declararían Jabugo como su patria. O, al menos, lo haría el ibérico. Abanderado del jamón, Jabugo vive para y gracias al cerdo ibérico de pata negra y a los alimentos que de él derivan, convirtiéndose quizá no en la única localidad que lo comercia, pero sí en la que más prestigio ha cosechado. El paisaje, las tradiciones y los habitantes llevan inscrita la influencia de ésta vaca sagrada, un producto estrella que le ha guiado hacia el paseo de la fama. Pero su esencia no se compone sólo del jamón, bien es cierto. Ya sea en sus calles empedradas, el agua de riveras y bosques, en la irregularidad de su plaza, en el refugio de las aldeas o en sus casas del s. XVIII, el municipio hace migas con el espíritu del turismo rural. El Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche presta su frescor, tentando con el remanso de paz que promete su mar de dehesas, mientras rincones como la iglesia de San Miguel, la iglesia de la Santísima Trinidad, la ermita de San Juan Bautista, la estación de Renfe y la casa el Tiro Pichón, no dudan en guardar la insignia del patrimonio arquitectónico, justo lo que hace la Cueva de la Mora con la arqueología. Bailes, veladas, procesiones, actos taurinos... Sus fiestas -la de San Juan, la de los Romeros, la de la Virgen de los Remedios- reparten gustos a todo el público.

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