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Carabelas Palos de la Frontera

Lugares para tripular La Pinta, La Niña y la Santa María

Súbete a las carabelas de Colón

Actualizado: 08/10/2021

La figura de Cristóbal Colón y su Descubrimiento de América a bordo de las carabelas marcó uno de los hitos más importantes de la historia universal. El papel que jugaron La Pinta, La Niña y la Santa María en ese viaje cambió el curso de la Historia no solo en nuestro país, sino que disciplinas como la cartografía no habrían seguido el mismo desarrollo sin esta expedición. España cuenta con varios lugares para tripular estas naves o, al menos, sentirse parte del grupo de hombres que avistó por primera vez el Nuevo Mundo.

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¿Cómo se llamaban los barcos que llevaron a Colón a descubrir América? “La Pinta, la Niña y la Santa María”. ¿Cuántas veces cualquier niño español y latinoamericano habrá repetido esta cantinela en sus primeros pasos por las páginas de historia? No queda ni rastro de las naos originales, son fantasmas perseguidos por los cazatesoros del mar, pero hay lugares para pisarlas, soñarlas y ponerse al timón de la aventura. Y no hace falta que sea 12 de octubre. Aquí van tres sitios donde subirse a los barcos y dos para jugar al Almirante Colón y sus valientes hombres.

1. Palos de la Frontera (Huelva)

En Palos de la Frontera (Huelva) está el Muelle de las Carabelas y allí lucen atracadas las réplicas de La Pinta, la Niña y la Santa María. Además, en ese mismo espacio se ubica el centro de interpretación del Descubrimiento, pieza clave para dar contexto al gran acontecimiento. Son las tres reproducciones fieles de las dos carabelas y la nao Santa María, con ligeros retoques. El proyecto se realizó con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América, en 1992. Las tres viajaron por diferentes lugares de Europa y América, pero, al final, están amarradas en Andalucía. En un lugar tan simbólico como el puerto de Palos, de donde eran los hermanos Pinzón. De este mismo lugar partieron las tres naves la madrugada del 3 de agosto de 1492.

Interior del barco.
El proyecto se realizó con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América, en 1992. Foto: Agefotostock

2. Baiona (Pontevedra)

La Pinta, tripulada por el gran Martín Alonso Pinzón, se construyó en ese muelle y fue la que regresó ocho meses después, el 1 de marzo de 1493, a Baiona (Pontevedra) con la noticia del descubrimiento de las nuevas tierra. Además de la más rápida, fue la primera en avistar tierra. Desde su palo, cuentan que Rodrigo de Triana grtió aquello de "¡tierra a la vista!" el 12 de octubre de 1492. En Baiona, al pie de la fortaleza de Monterreal, está la copia de aquella Pinta, valiente y rápida, la primera que trajo la noticia y por eso esta ciudad la venera. Como a Martín Pinzón.

Camino Portugués por la Costa (Tramo1): réplica de la carabela La Pinta en el puerto de Baiona
Una réplica de 'La Pinta' flota en el puerto de Baiona. Foto: Alfredo Cáliz

3. Santander (Cantabria)

Tiene una leyenda hermosa. Cuentan que, cuando la Santa María encalló en Haití -según las enciclopedias el encallamiento se produjo en las coordenadas 19º38' latitud norte y 72º10' longitud oeste, frente a Punta Santa, hoy llamada Bahía del Cabo Haitiano- en la noche del 24 al 25 de diciembre de 1492, además de que Colón pidiera ayuda al cacique Guacanagarí para que les ayudara con canoas, los españoles decidieron utilizar la madera de la Santa María para crear el primer fuerte en la isla, al que llamaron “Natividad”. Pues bien, en la península de la Magdalena (Santander) hay tres galeones donados por otro marinero cántabro, Vital Alsar Ramírez -admirador de Juan de la Cosa-, que participó en la reconstrucción de “La Marigalante”, tercer nombre que se da a la nave de Colón y de la Cosa.

Carabelas Santander
Los galeones donados por Vital Alsar Ramírez impactan a turistas y vecinos. Foto: Agefotostock

4. El Puerto de Santa María (Cádiz)

“La Niña”, la más pequeña y rápida de manejar por Vicente Yáñez Pinzón -los pinzones eran hermanos de padre y madre ,pese a la duda que generan sus apellidos, pues se usaba también el del padrino-, tiene una réplica también modesta en El Puerto de Santa María (Cádiz), en la Glorieta de la Niña. Es obra “de un equipo de artesanos y estudiantes bajo la iniciativa del profesor de la Escuela de Náutica de Cádiz, Luis M. Coín Cuenca”, según el ayuntamiento del Puerto, otro lugar para evocar la expedición que cambió la historia de España.

La Glorieta de la Niña, en el Puerto de Santa María. Foto: Juan Carlos Toro
La Glorieta de la Niña, en el Puerto de Santa María. Foto: Juan Carlos Toro

5. Sevilla y Madrid, claves de interpretación

Pero lo cierto es que las tres embarcaciones son hoy fantasmas perseguidos por cazatesoros y arqueólogos. Sin éxito hasta ahora. Eso eleva aún más sus misterios. ¿Cómo se disolvieron en los tiempos los restos La Pinta y la Niña, si volvieron a la península tras la gran hazaña? El hecho es solo explicable por la falta de perspectiva para valorar la proeza que habían llevado a cabo. El corto plazo y la necesidad, frente a la trascendencia. Todo apunta a que ambas carabelas fueron remodeladas y reutilizadas para otras naves o necesidades.

Guardando los supuestos restos de Cristóbal Colón.
Los historiadores discuten que los restos de Colón reposen en Sevilla. Foto: Sofía Moro

Además de subirte a las carabelas de Colón, hay otros lugares para evocar la aventura y a sus protagonistas. En la catedral de Sevilla se encuentra la tumba del almirante genovés. Y, aunque los historiadores tienen sus más y sus menos sobre los restos, lo cierto es que el pedestal se las trae por tamaño y obra. Da para todos los gustos. La historia de cómo fallece Cristóbal Colón, que murió en Valladolid el 20 de mayo de 1506, acabó en Sevilla se debe a sus descendientes.

Carta Universal de Juan de la Cosa (1500). Manuscrito sobre pergamino.
La cartografía en España no sería lo mismo sin el papel de Juan de la Cosa. Foto: César Cid

Hay otra forma de evocar el Descubrimiento y las hazañas de los hombres de Colón, como el citado cartógrafo Juan de la Cosa. Y esa forma es un lugar en el corazón de Madrid, un puerto en el Paseo del Prado con la visita al recién remodelado Museo Naval, un lujo. Allí, el mapa cartografiado de De la Cosa y la historia de este marino renacentista, culto y único, está bien desarrollada. Y navegar con niños y mayores entre galeones y carabelas está en manos de todos los visitantes.

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