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10 rutas en bici para Semana Santa

10 cicloescapadas para estrenar la primavera

Actualizado: 25/03/2019

Mientras vamos poco a poco dejando escapar el invierno, nos lanzamos a los caminos para descubrir el paisaje de la mejor manera posible: en bicicleta. Y en la mente una fecha clave: Semana Santa. De norte a sur y del Mediterráneo al Atlántico, diez rutas que bien merecen una cicloescapada por España. Recorridos de miles de kilómetros, cómodas travesías, circuitos urbanos o caminos rurales para hacer con niños o con los más pros de la BTT.

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1. El Camino del Norte

Nos guste o no, hablar de itinerarios en España y no mencionar la ruta de rutas es un sacrilegio. Son muchas las direcciones que conducen a Santiago, pero si de pedalear va el asunto, apuntaremos al norte y pensaremos en verde. De Irún a Fisterra, en una travesía de 925 kilómetros. Tomamos como referencia el Camino de Santiago del Norte para reinterpretarlo a nuestro gusto a través de acantilados costeros, praderas húmedas, playas salvajes y bosques de robles, pinos y eucaliptos.

Playa de Barayo
Nos bajamos de la bici para atravesar la playa de Barayo, en Asturias.

Un apasionante recorrido que termina en ciudades vibrantes como Bilbao, Santander o Gijón, y pueblos marineros como Hondarribia, San Vicente de la Barquera, Luarca o Ribadeo. La odisea completa lleva 19 días y exige una preparación física moderada, aunque siempre se puede tomar con calma y elegir cualquiera de las etapas que componen este itinerario por la cornisa cantábrica.

IMPRESCINDIBLE: Dormir en el Monasterio de Santa María de Sobrado (también llamado Monasterio de Sobrado de los Monjes) y empaparse de toda su espiritualidad antes de rematar la hazaña en la Costa da Morte desde Santiago de Compostela.

2. Las Vías Verdes de Girona

La provincia de Girona alberga los paisajes más diversos de Cataluña. Picos de 3.000 metros, volcanes dormidos, hayedos legendarios, calas escondidas en la Costa Brava y una campiña interior salpicada de masías y pueblos medievales. Toda esta colección de postales catalanas se puede recopilar siguiendo las Vías Verdes y el circuito Pirinexus para rodear la provincia. Esta propuesta en concreto consiste en pedalear por la Ruta del Carrilet desde Olot a Sant Feliu de Guixols, pasando por Girona.

Ampurdán
La comarca del Ampurdán, un clásico del ciclismo.

Un recorrido representativo del paisaje. El trazado está compuesto por dos tramos que siguen el antiguo recorrido del tren de vía estrecha. El primero, de 57 kilómetros, parte desde Olot, rodeado por la Zona Volcánica de la Garrocha, para recorrer los valles de los ríos Fluvià, Brugent y Ter en una suave subida hasta las dehesas de Salt y Girona. La segunda etapa, de 39,7 km, atraviesa la depresión de la Selva entre campos de cultivo para descender desde Cassá de la Selva hasta la Costa Brava en Sant Feliu de Guíxols.

RECUERDA: Centre Biker Girona organiza expediciones cicloturistas por toda la provincia con asistencia en carretera.

3. Transalandalus

Cada vez más popular. Quien se arme de valor (y de tiempo) no dudará en poner rumbo al sur, coger la bici de montaña y ponerse a prueba en este periplo de 2.000 kilómetros por las ocho provincias de Andalucía. Huir del tráfico y las carreteras para tomar las vías pecuarias y rodar por los parajes protegidos más espectaculares de la comunidad suena tentador.

Pueblos blancos Alpujarra
Ascendiendo desde Lanjarón hasta los pueblos blancos de la Alpujarra en Sierra Nevada.

Explorar las marismas del Parque Nacional de Doñana en Huelva; llanear hacia levante por la costa de Cádiz, por extensas playas y pueblos atuneros; o seguir las cañadas reales y la GR-7 hasta Ronda, en la provincia de Málaga. En Granada, se puede subir hasta los pueblos blancos de la Alpujarra en el Parque Nacional de Sierra Nevada. En Almería, cruzar el desierto de Tabernas hasta el Cabo de Gata. Los caminos de los pastores trashumantes guían por la Sierra de Cazorla en Jaén y la GR-39 por los olivares de Córdoba hasta a la Sierra Norte de Sevilla. ¿Apetece?

IMPRESCINBILE: Escoger el destino y organizar la ruta según el nivel físico de los participantes. En Trasandalus se pueden encontrar todo tipo de itinerarios por la comunidad andaluza.

4. La bahía de Palma

Después de pedalear por la carretera de la Tramontana desde Pollença a Andratx (110 km), bordear la península de Formentor y marcarte una buena sesión de curvas para llegar a la playa de Sa Calobra, ya podrás decir que has hecho las tres esenciales del ciclismo en la isla. Eso sí, reservadas para aquellos curtidos en el asfalto que no teman los desniveles generosos.

Listas para descubrir la bahía de Palma de Mallorca. Foto: Shutterstock.
Listas para descubrir la bahía de Palma de Mallorca. Foto: Shutterstock.

Ahora toca relajarse, sacar el bañador y la bici de paseo. La vía más popular de Palma transcurre junto al mar, desde Porto Pi hasta El Arenal. Con ritmo de chiringuito y paradas estratégicas para el primer chapuzón de la temporada, discurre por la zona de Portixol, El Molinar, Ciudad Jardín y los complejos hoteleros de Playa de Palma y El Arenal. Esta senda marítima es llana, perfecta para hacer con niños descubriendo la bahía. Aquí nunca falta el ambiente, los restaurantes, bares, discotecas, los patinadores ni los caminantes con sus mascotas haters de ciclistas.

RECUERDA: En Palma Bike and Go alquilan bicicletas desde 6 euros al día.

5. Las Bardenas Reales

Prepárate para deambular por dunas, páramos y llanuras abrasadas por el sol. Gorafe, Monegros, Tabernas… No hace falta salir de España para perderse por los desiertos más áridos de Europa que despiertan nuestras ansias de aventuras y dejan volar nuestra imaginación. Si hay que escoger una época, escogeremos la primavera para evitar el calor; un medio, por supuesto, la BTT (bicicleta todoterreno) y un desierto, el de las Bardenas Reales, en Navarra, por sus múltiples opciones para mountain bike.

Bardenas Reales
El paraíso para los amantes de la 'mountain bike'.

En Arguedas iniciamos nuestro trazado circular, de 25 kilómetros y apto para cualquier ciclista. La cañada real de los Roncales se interna por barrancos, landas de matas y espartos, estepas, cerros testigos y relieves tabulares de gran interés geológico. Una amable travesía en un entorno sobrecogedor de texturas orográficas cambiantes y colores rojizos donde lo único que se escucha es el silencio y el traqueteo de tu bici.

IMPRESCIBLE: Antes de realizar cualquier actividad en las Bardenas Reales consulta la normativa y los caminos abiertos al público.

6. Cáceres y los Barruecos

Con más de 2.000 kilómetros de senderos para bicis y entornos como el del Valle del Jerte, la Sierra de Gata, la dehesa, la Vía de la Plata o los caminos naturales del Tajo y el Guadiana. Los amantes de la bici no tendrán excusas para no pensar en Extremadura de cara a la Semana Santa. Como propuesta estrella: una vía radial de 43 kilómetros y cuatro horas, asequible para cualquier ciclista que quiera descubrir el Monumento Natural de los Barruecos desde Cáceres.

Los Berruecos
A muchos les sonarán estas vistas de Los Berruecos, aunque nunca hayan estado en Cáceres.

Partiendo de la ciudad, el carril de bicicletas conecta con la Dehesa del Junquillo y el municipio de Malpartida de Cáceres. La senda circular se adentra ahora en los Barruecos, un territorio de tres hectáreas de humedales y formaciones abombadas de granito donde se rodó una de las secuencias más emblemáticas de la séptima temporada de Juego de Tronos. Este sencillo itinerario continúa cruzando el río Salor para seguir por la cañada real hasta la Vía de la Plata de vuelta a Cáceres.

IMPRESCINCBILE: Tomarse un descanso para visitar el Museo Vostell-Malpartida en los Barruecos, un espacio que une la naturaleza, el arte y la crítica social.

7. Euroveló 8 y las costas del Garraf

Ya va tocando volver al Mediterráneo. Uno de los itinerarios cicloturistas más importantes del mundo es la Euroveló 8. Hablamos de 5.888 kilómetros desde Cádiz a Atenas por 11 países distintos por la costa mediterránea. Casi nada. Centrémonos mejor en el tramo que une Elche y Barcelona, uno de los menos transitados con paradas obligadas como el palmeral de Elche, Valencia, la albufera, las marismas del Delta del Ebro y las ruinas romanas de Tarragona hasta Barcelona.

palmeral de elche
Pedalear en el Palmeral de Elche, todo un lujo. Foto: Eva Máñez.

Esta gesta de 570 kilómetros por la costa de Valencia, del Azahar y Dorada exige una buena preparación física y una semana de vacaciones. Los que no tengan tanto tiempo deberán tomar nota y preparar su bici de carretera. En el casco antiguo de Sitges empieza el antiguo trayecto, de 46 kilómetros y 3 horas de duración, que conecta con Barcelona bordeando la costa escarpada donde encontrarás bahías con cientos de veleros fondeados y calas solitarias en el parque del Garraf.

RECUERDA: Hay que prepararse para trechos de carretera, tráfico, subidas considerables, vías ciclables y avenidas urbanas hasta llegar a la ciudad condal por Castelldefels.

8. La vuelta a Formentera

En la menor de la Pitiusas el ritmo cambia nada más bajar del ferry. Formentera son playas paradisíacas, posidonia, aguas azul turquesa, naturaleza virgen y un corazón rural de campos de cultivo de secano y de higueras donde descubrir tradiciones payesas inalterables. Y para huir de los tópicos motorizados, el mejor aliado para mimetizarse con todo esto es la bicicleta de montaña. Formentera está conectada por una nueva red de 32 senderos verdes que suman más de un cententar de kilómetros, de los cuales la mayoría son accesibles para ciclistas.

Formentera, una isla para descubrir al ritmo de la bici. Foto: Shutterstock.
Formentera, una isla para descubrir al ritmo de la bici. Foto: Shutterstock.

Los más osados apostarán por el recorrido circular de 76 kilómetros alrededor de toda isla. Esta senda discurre por tramos que exigen una buena preparación física y aun mayor técnica, con caprichosas subidas y descensos, suelos pedregosos y trazados abruptos. Eso sí, el premio, como siempre, merece la pena. O mejor dicho, los premios. Contemplar la panorámica mediterránea desde los acantilados de la Mola y el atardecer de manual desde el faro del Cabo de Barbaria; explorar el Parque Natural de las Salinas y darse un baño en las aguas transparentes de Es Caló de San Agustí, cala Saona o la playa de Ses Illetes.

9. Gran Canaria y los oasis de Fataga

Aunque la llegada del buen tiempo no es una excusa en Canarias, no podemos hablar de clásicos del cicloturismo para Semana Santa y omitir alguno en las islas volcánicas. Hora de poner a prueba a los más duros de la bici de carretera con un recorrido circular de 100 kilómetros en Gran Canaria, desde la costa dorada al corazón de la isla. Puerto de Mogán es el punto de partida del camino que serpentea por terrenos llanos y el litoral, dejando atrás puertos deportivos y playas hasta llegar a Maspalomas.

fataga bici
La carretera que discurre por Fataga discurre por un paisaje tropical.

Aquí termina el trayecto amable y comienza la "marcha". Es necesario mentalizarse para un ascenso largo y duro al interior de la isla por la carretera de Fataga (GC-60), surcando parajes volcánicos y un desnivel de más de 900 metros. El cansancio y el calor no dan tregua hasta llegar al mirador de la Degollada de Las Yeguas, donde se encuentra una de las mejores vistas del sur insular. La carretera continúa su curso retorciéndose entre barrancos, caseríos, palmerales y cactus hasta llegar a los pueblos de Fataga y San Bartolomé. Aquí, por fin, empieza el descenso por el barranco de Mogán hasta el litoral.

RECUERDA: El itinerario completo suele llevar al menos ocho horas, así que lo mejor será calcular bien las horas de luz o plantearse hacerlo en dos días.

10. Transpirenaica: el mayor desafío

Si la anterior era para los más pros de la bici de carretera esta lo es para los de BTT. La Transpirenaica es una de las travesías de montaña más emblemáticas de Europa y un desafío para cualquier ciclista. La senda avanza en paralelo a la GR-11, transitada por senderistas a una mayor altitud.

10 rutas en bici para Semana Santa
Ciclistas llegando a la villa de Aínsa.

Desde Llançà, en el Cabo de Creus, hasta Hondarribia, en el Cantábrico; o viceversa. Un auténtico reto de 1.000 kilómetros y 16 etapas de subidas a puertos de montaña de más de 2.000 metros, cruzando bosques, praderas e idílicos valles para fundirte con la naturaleza del lugar. Este es uno de esos viajes que todo buen mountain biker se plantea hacer una vez en la vida, también puedes hacer la ruta Transpirenaica en moto, si tienes más alma de motero.

IMPRESCINDIBLE: Reservar el alojamiento o preparar las alforjas para cargar con la tienda de campaña y el saco de dormir.

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