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Langayo

Misterioso convento escondido entre piedras

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Situado a poco más de 60 kilómetros de la ciudad de Valladolid, Langayo está casi íntegramente construida en piedra, desde sus calles a sus casas pasando por su Iglesia de Santiago Apóstol, construida entre los siglos XIII y XIV. Sin embargo, lo que despierta más curiosidad es otro tipo de piedras: los restos de lo que fue el antiguo Convento de Santa María de Oreja, de los siglos X y XI. Se trata de un enclave casi desconocido, situado a cuatro kilómetros del pueblo, al que se accede por un camino rural. El ábside de la cabecera y algunos muros de piedra dan testimonio del misterioso monasterio, del que existen pocos datos y que pudo pertenecer a los templarios. Estas ruinas permiten unas pintorescas vistas sobre los dos valles que se forman a los pies del pueblo. Cada primer fin de semana de septiembre, con motivo de la Exaltación de la Cruz, el lugar recobra la algarabía pasada con dulzainas, verbenas y suelta de vaquillas.