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Méntrida

Armonía arquitectónica sobre un terreno irregular

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Méntrida nace en el siglo XI y se hace villa a finales del XV (1485), y así queda simbolizado por un rollo jurisdiccional allí donde confluyen la cuesta de Prim y la calle Baluarte, perfectas ambas para adentrarse en el trazado del casco antiguo, conjunto urbano declarado Bien de Interés Cultural. Situado en el norte de la provincia, sus sinuosas calles se adaptan de manera irregular a los pequeños cerros en los que se asientan y muestran casas de estructura tradicional, edificios bajos y en muchos casos con interesantes ejemplos de rejería en balcones y ventanas.

En pleno centro, la plaza de España es probablemente el espacio de mayor interés y armonía arquitectónica, con el ayuntamiento inaugurado en 2015 (pero respetando la arquitectura tradicional) y la casa del Pósito (reconstruida en el siglo XVIII), situada enfrente del Consistorio y usada como casa de cultura. Cerca está la iglesia de San Sebastián, levantada entre los siglos XV y XVII y con un interesante retablo renacentista en el interior.

En las afueras del pueblo, pegada a las casas, encontramos la ermita de la Virgen de la Natividad, del siglo XVII, y no es el único templo dedicado a ella. En la dehesa Berciana se levanta otra pequeña ermita del siglo XIV, adonde se acude en romería el 25 de abril; allí, los danzantes ataviados con trajes típicos con castañuelas y palotes trenzan el cordón, en una fiesta espectacular declarada de interés turístico regional.

La visita a Méntrida no estaría completa, no obstante, sin una mención al antiguo matadero (actual centro de salud) o al cerro del Castillejo, en cuyas cuevas se conservaba el vino local, protegido hoy por la denominación de origen Méntrida.

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