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Pétrola

La laguna que conquistó el pueblo

Asentada a más de 800 metros de altitud, la localidad de Pétrola convive junto a su Laguna Salada, un ecosistema acuático de gran singularidad que aporta vida, naturaleza y ocio a sus municipios adyacentes. Un extremo de la laguna se adentra prácticamente en su centro urbano. La laguna es uno de los humedales de mayor interés de la provincia por ser benefactor natural de una abundante comunidad de aves acuáticas. Al atardecer, en primavera, se aprecia la llegada de bandadas de anátidas. Durante el otoño e invierno se percibe el paso de las aves migratorias y la llegada de invernantes. Un espectáculo digno de ver. La salinidad puede superar la del agua del mar, peculiaridad que afecta a la tonalidad de sus aguas y a los procesos biogeoquímicos que se dan bajo su fondo. Todo ello origina una huella biológica y geológica exclusiva de este humedal manchego. En su entramado urbano, San Bernabé es el titular de su iglesia. El académico Lorenzo Alonso la edificó a finales del XVIII en estilo neoclásico.

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