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Puertollano

Orgullo minero

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Colosal, desde el pedestal que le ofrece el cerro de Santa Ana, sus 17 metros de bronce negro, como el carbón, le permiten dominar el paisaje de una tierra que le rinde homenaje. El Monumento al Minero es la alegoría de una ciudad que dejó la actividad rural para hundir sus raíces en las entrañas de la mina con la revolución industrial del XIX. Orgullosa de su pasado, a la entrada de Puertollano nos recibe la imponente estructura de hierro del castillete del Pozo de Santa Maria, y a la salida nos despide el Museo de la Minería, en medio, la escultura de varios mineros trabajando enlaza, a través del puente de San Agustín, el centro urbano de la ciudad con los barrios mineros. Símbolos todos de una ciudad de transición entre las llanuras del Campo de Calatrava y las montañas de Sierra Morena, y puerta de entrada a la belleza natural que ofrece el Valle de Alcudia. Puertollano ofrece un precioso paseo en el centro mismo de la ciudad, el de San Gregorio, arteria comercial y social de la localidad que conserva la Fuente Agria, emblema del municipio. Un manantial de aguas ferrosas construido en el siglo XIX y que propició la creación de la Casa de Baños que actualmente es el Conservatorio de Música y la Oficina de Turismo. Por este paseo podemos acceder a la principal joya arquitectónica de Puertollano, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del siglo XVI. 

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