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Samper de Calanda

Fe y tradición

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Siguiendo la carretera de Híjar hasta Samper de Calanda y siempre acompañados de las aguas del río Martín, la tradición nos llama. A lo lejos vemos la silueta del imponente templo de San Salvador que con sus dos torres gemelas despliega su perfecta simetría por los campos turolenses. Una perfección que domina. Poco a poco, nos acercamos a él adentrándonos por sus calles estrechas. A sus pies, la iglesia verdaderamente impresiona. Frente a ella, hay un monumento de valor nostálgico que rememora la indiscutible pasión por la Semana Santa. Visualizándolo, es posible pensar en el “romper la hora” como el inicio del gran estruendo a partir de bombos y tambores en la medianoche del Jueves Santo. Durante las horas previas a ese instante sublime, tiene lugar en el interior de la parroquia el “mormento”. Allí, guardias y alabarderos se encargarán de velar el Cristo. Como no podría ser de otro modo, la fe está presente en la ermita de Santa Quitería de la localidad. En Samper de Calanda, también hay pequeños sitios que la hacen grande. Por ejemplo, al atravesar los arcos de sus calles podremos experimentar una sensación con sabor a pasado. Esa imagen la obtendremos tras atravesar el umbral del arco de San José y Santo Domingo o descubrir el molino harinero. Samper de Calanda es el reducto de la tradición cuya esencia se despliega a través de sus impresionantes monumentos.