Globódromo

Manacor, Balears/Islas Baleares

Qué ver

Como si fuéramos una pluma, ligeros y llevados por el viento sobrevolamos el precioso municipio mallorquín de Manacor a bordo de un inmenso globo aerostático. Empezamos nuestra aventura muy temprano en el Globódromo de Manacor, donde nos preparamos para alzar el vuelo. El sol todavía no se ha despertado, pero nosotros nos disponemos a subirnos a nuestro particular transporte para vivir una experiencia espectacular. El sol se despereza y, como nosotros, comienza a alzarse suavemente sobre los cultivos, mientras nuestro globo atraviesa, casi de puntillas, los campos de cereal. Continuamos nuestro camino, al ritmo del viento, a la vez que el astro rey se posa en lo alto de las montañas de la Sierra de Tramuntana iluminando con su luz todo el paisaje. Con esta estampa, digna de fotografiar, vamos dejando atrás Manacor, mientras disminuyen las siluetas de la Torre del Palacio y de Ses Puntes y vemos la majestuosidad de toda la isla de Mallorca abrazada por el Mediterráneo. El piloto conecta los quemadores y su lengua de fuego nos hace ganar altura mientras saludamos a la gente que camina por la calle y el viento refresca nuestros rostros. Una gran sensación de libertad invade todo nuestro cuerpo y asomándonos por la “cesta” del globo vemos como los 350 metros de altura a la que volamos nos llena de adrenalina. Ya en el descenso, volvemos a aterrizar en el Globódromo, despacio como si quisiéramos acariciar los árboles. Ayudados por el equipo de seguridad, bajamos de nuestro globo repletos de energía y deseando volver a repetir esta fantástica experiencia.