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Ermita de Nuestra Señora de Arnotegui

Obanos, Navarra

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Tenía que ser un día encapotado el que eligiéramos para subir a la ermita de Arnotegui, aproximadamente a dos kilómetros y medio de la villa de Obanos. Nos podemos imaginar que el día que San Guillén escogió para retirarse a aquella capilla, terriblemente arrepentido de haber puesto fin a la vida de su hermana -Santa Felicia-, era también gris y plomizo, como el de hoy. Esa es la leyenda de la ermita que, por cierto, encontramos representada en los murales interiores de su sacristía y, cada año, en el auto sacramental "El Misterio de Obanos". Sea o no verdad, no podemos pensar en mejor sitio que este para expiar las penas, en lo alto del monte Arnotegui, mirando por encima del valle de Valdizarbe y de la sierra Nekeas.

Lo que no es una leyenda es su utilización como polvorín durante las guerras carlistas. Al estar fortificada y en lo alto de un promontorio se pensó que sería un buen fuerte. La pólvora hizo mella en sus muros y tuvo que ser restaurada en varias ocasiones. Hoy podemos disfrutar de esta singular ermita y no hay peregrino que, de camino a Puente la Reina, no haga una parada en ella.

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Localización

Ermita de Nuestra Señora de Arnotegui., Obanos, Navarra