Fiesta de la Lana y la Boda Campesina

Ripoll, Girona/Gerona

No hace falta irse a un poblado remoto del continente asiático o africano, recurrir al cinéfilo de Las Vegas o casarse por el rito balinés, hindú o musulmán. Si quiere tener una boda original no hace falta salir de España. En Ripoll podrá hacerlo. Las Fiesta de la Lana y la Boda Campesina rememoran dos tradiciones de la comarca del Ripollés: una recrea una antigua boda payesa de campesinos ricos del siglo XVIII y XIX; y la otra, se basa en el esquilado de las ovejas y en la ofrenda de la lana. Las dos coinciden cuando se les entrega a los novios la lana para que se hagan un colchón.

Por la mañana, más de un centenar de ovejas recorre las calles hasta la plaza del Ayuntamiento donde el pastor trasquilará el rebaño con tijeras; el colchonero picará la lana para limpiarla y las afiladoras la cardarán y aprovecharán para hacer hilo, todo ello amenizado con viejas canciones de pastores. Coincidiendo con la recreación de tradiciones, una pareja se casará (de verdad) con la presencia de los vecinos, como padrinos destacadas personalidades de la zona; y vestirán con ropa especialmente confeccionados para esta fiesta, a cargo de una persona experta en vestuario tradicional catalán. El enlace se celebra en el monasterio de Santa María, a donde los novios llegan, por separado, a caballo, y precedidos de una comitiva festiva, con gigantes y cabezudos, y una banda de música que toca piezas tradicionales de la época. La novia, lleva en su cortejo particular una mula que transporta su dote. Mientras se celebra la boda en el interior del monasterio, grupos de danzas actúan en las inmediaciones para los invitados, y tras la ceremonia, y dentro del templo, los bailarines interpretan para los recién casados el baile tradicional de “l’espunyolet”. Para celebrar el enlace, los novios invitan al pueblo a comer coca con longaniza y vino en porrón.