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Playa de Aiguablava

Begur, Girona/Gerona

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Ver el Cabo de Begur desde aquí es pan comido y, dicho sea de paso,  una gozada. Basta con situarse en la orilla y lanzar la mirada hacia el norte. Anillada de rocas y pinares, ésta es la última en la geografía del municipio y una de las que más dispuesta está a invitar al ensueño, de todas las que abundan en Begur. Sus aguas son cristalinas; su inicio, poco profundo; su entorno natural, poco urbanizado y casi virgen. La arena que la cubre es fina y dorada; su fondo está lleno de restos arqueológicos de las cargas que iban a bordo de barcos comerciales. Su alta ocupación habla por sí sola del éxito que cosecha entre los bañistas, que llegan para refrescarse y se van con la piel mojada y una sensación extra, acogedora y cálida metida en el cuerpo. Una cala que no sólo es turística, también es familiar, arqueológica y cultural. Recomendable visitar las playas y calas de Fornells, Sa Riera, Fonda, Aiguafreda, y Sa Tuna, entre otras.