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Amigo, ¿estás bien?

Consejos para combatir el síndrome posvacacional de tu perro

Amigo, ¿estás bien?

Actualizado: 13/09/2017

El retorno a la rutina después de la desconexión y el relax de las vacaciones pueden afectar al bienestar emocional de tu perro. A pesar de que la mayoría de ellos suele adaptarse bastante bien al regreso a casa, no está de más seguir algunos consejos para ponérselo más fácil a tu compañero peludo. Te contamos cómo.

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El síndrome posvacacional en perros no está reconocido como tal pero es cierto que, al igual que las personas, los perros experimentan estrés ante determinadas situaciones y es necesario ayudarles a gestionarlo para que no se convierta en estrés residual y que este se cronifique y acabe siendo un verdadero problema.

Durante las vacaciones cambiamos nuestros horarios y nos tomamos las cosas con más tranquilidad, incluyendo lo que hacemos con nuestro perro. Se establecen dinámicas distintas a las cotidianas, lo que puede hacer que se pierdan costumbres y hábitos, ya que solemos hacer paseos más largos, salir a otras horas, pasar más tiempo juntos, visitar lugares nuevos, aumentar la actividad física…

Perro en canoa
¡La vida pirata es la vida mejor! Foto: Shutterstock.

Te ofrecemos algunos consejos para recuperar la normalidad pero, en caso de que observes un empeoramiento en tu perro, lo mejor es que acudas a un profesional. La clave está en hacer los cambios lo más progresivos posible y con tranquilidad y paciencia. Así conseguirás que tu perro vuelva al modo zen.

Actividad física

Seguramente durante las vacaciones hayas compartido más tiempo con tu perro y realizado actividades juntos al aire libre que hayan supuesto mayor actividad física. La vuelta a la ciudad implica una disminución de estas actividades, por lo que tu perro puede mostrarse excitado y aburrido.

Para solucionar este problema intenta, al menos durante los primeros días, hacer paseos más largos y relajados. Tendrás que hacer un pequeño esfuerzo pero merecerá la pena. Dale paseos de calidad a tu perro, que pueda detenerse a oler, estar suelto sin correa en un lugar seguro y pueda relacionarse con otros perros.

Perro paseando en vacaciones
Estirad el verano en la mejor compañía. Foto: Shutterstock.

Deja el móvil en casa y tómate el paseo como una sesión de mindfulness (atención plena centrada en el aquí y ahora, sin pensar en nada más). Observa lo que ocurre a tu alrededor, mira lo que huele tu perro, comparte este ratito con él. A ti también te va a venir genial este momento de conexión perruna.

Si además notas que tu perro ha perdido los hábitos higiénicos, aumenta el número de paseos, aunque sean más cortos, hasta que tu can recupere de nuevo sus horarios normales.

Perro paseando por el parque
Volver a la rutina pero pausadamente. Foto: Shutterstock.

También es muy recomendable que juguéis juntos. Eso sí, marcando claramente los momentos para hacerlo, intentando que estos sean en la calle y que la casa se identifique con calma. David Montero, de Conecta Adiestramiento (Valencia) aconseja que lo ideal es que la casa sea identificada por tu perro como un espacio de calma, mientras que la calle como ese lugar donde hay actividad (recuerda la regla: casa-calma, calle-mambo).

Lo mejor son los juegos de tirar, soltar y traer el mordedor, que te persiga para coger el juguete, ya que tú formarás parte del juego. Recuerda que jugar siempre a tirar la pelota puede generar estrés y más excitabilidad en tu perro, ya que estimula la conducta predatoria y de caza, que es la parte más individualista y antisocial de tu perro. Lo ideal es que juegue contigo.

Ejercicio mental

La actividad mental es tan necesaria como la física. Muchas veces pensamos que un perro bueno tiene que estar en casa todo el tiempo sin hacer nada. Pero sin embargo nosotros cuando no salimos y vemos una película, leemos o practicamos algún hobby no estamos en casa quietos como piedras.

Perro aburrido
¿Un perro bueno es un perro quieto? Foto: Shutterstock.

Con los juguetes interactivos estimularás sus neuronas y favorecerás la concentración relajada, consiguiendo que tu perro esté más calmado. Sería como para nosotros hacer un sudoku. En el mercado puedes encontrar muchos juguetes de este tipo. Infórmate sobre cuál es el más adecuado para tu perro dependiendo de su edad. Pónselo muy fácil al principio para que comprenda el objetivo del juego y no se desanime. Estos juegos sí que son recomendables para estar en casa.

Perro olfateando
Descubrir y aprender con el olfato alerta.

Los ejercicios de olfato, como por ejemplo, esconder trocitos de comida por la casa o bien su juguete favorito, aportan un extra de estimulación mental y física. Carlos A. López, CEO & Founder de Educan, una de las mayores empresas de educación canina a nivel internacional, afirma que el uso y la estimulación del olfato deberían ser un derecho para todos los perros. Es su sentido más desarrollado, su puerta al mundo. Con 10 minutos de ejercicios de olfato al día estarás ofreciendo una actividad que tu perro disfrutará enormemente y le proporcionará estabilidad y equilibrio emocional.

Tiempo juntos

Si habéis viajado en furgoneta, caravana o dormido en un camping (en definitiva, que hayáis pasado el 100 % de tiempo juntos) es normal que al regreso tu perro necesite pasar más tiempo contigo. Lo deseable sería que regresarais a casa unos días antes de tu incorporación al trabajo para poder ir aumentando progresivamente el tiempo de separación.

Jugando con mi perro
¡Juguemos juntos! Foto: Shutterstock.

Si eso no es posible, intenta no hacer un cambio brusco en el tiempo que dedicas a tu perro, como pasar de 24 horas juntos a 8 o 9 solamente. Resérvate en la agenda un tiempo de calidad con él, jugando, saliendo por la ciudad…

Y un súper consejo

Tomaos el mes septiembre como el "mes de los buenos propósitos". Piensa en hacer un cambio en tu vida e incluir actividades donde podáis participar tu perro y tú. ¿Por qué no apuntaros a algún curso de habilidades caninas, paseos de socialización o de olfato? Hoy en día tenemos la suerte de que casi todas las ciudades cuentan con clubes caninos donde seguro encontraréis alguna actividad que os guste a ambos.

Perro en restaurante
Entrenar con él lo que te gustaría que hiciese contigo, fundamental. Foto: Shutterstock.

También puedes plantearte entrenar con tu perro aquellas cosas que te gustaría mejorar en vuestra convivencia, eso que durante las vacaciones has echado en falta (que esté tranquilo en el coche, en una terraza, que te espere sentado y tranquilo mientras charlas con un amigo, que acuda a tu llamada…). Recuerda que solo necesitas 21 días para convertir una actividad en un hábito. ¿Por qué no hacerlo con tu mejor amigo?

En este magnífico post de SimiperroHABLARA.com puedes encontrar consejos para los pequeños problemas de conducta más comunes tras las vacaciones. Si a pesar de todo, notas que tu perro está más triste de lo normal, tiene problemas para quedarse solo en casa o bien presenta cambios de conducta problemáticos, acude cuanto antes a un profesional para que os ayude.