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Ruta por el Valle del Navia (Asturias)

Tras el cauce del río de los celtas

Actualizado: 20/03/2018

Los dominios del río Navia se extienden por el Occidente asturiano y albergan paisajes indómitos, yacimientos arqueológicos y una cultura aún desconocida. El aislamiento aquí es una condena y una bendición a la vez; y los únicos medios permitidos para explorar la comarca son el coche o la canoa. ¡Nos vemos río abajo!

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El 92 no fue solo el año de Barcelona, también fue el año del Sella. Por aquel entonces, los piragüistas Antonio y Ricardo Soto pensaron que sería buena idea empezar a alquilar canoas a los turistas para bajar el río y democratizar este deporte. El creciente tirón del Descenso Internacional y el entorno privilegiado de los Picos de Europa se encargarían de hacer el resto. El boom del Sella no tardó en llegar y fue recibido como una bendición por el Principado. Sin embargo, este auge también dejaría en un segundo plano otras zonas vírgenes de Asturias que, aún hoy, están deseosas por 'salir del armario'. El Valle del Navia es una de ellas.

El Valle del Navia envuelto por la niebla.
El Valle del Navia envuelto por la niebla.

Más allá de Cudillero y de Luarca, en el Occidente asturiano, viajamos a la tierra de los celtas, de los castros, de los ríos del oro y del vino en vez de la sidra. Aquí no se habla asturiano, se habla fala (valga la redundancia), una lengua mestiza del bable y el gallego que aún hoy es aquí, en el valle del Navia, el principal vehículo de comunicación.

Descenso de río Frío hasta el embalse de Arbón.
Descenso de río Frío hasta el embalse de Arbón.

Desde su nacimiento en los Ancares lucenses hasta su desembocadura en el Cantábrico, el río Navia se abre paso 176 km por un valle totalmente agreste, donde la naturaleza cambia con cada meandro. Gargantas profundas, farallones de 300 metros de altura y laderas de pizarra se disputan con cañones, cascadas y riachuelos la orografía del lugar. Los caminos se pierden entre los bosques de alisos, fresnos, robles y castaños que acompañan la vega del Navia, donde no es difícil toparse con algún corzo o jabalí, ni avistar al martín pescador o mirlo acuático.

Senda de las cascadas de Oneta.
Senda de las cascadas de Oneta.

Este entorno salvaje envuelve el territorio astur del río Navia, su preferido, que descansa en tres importantes embalses y esconde yacimientos arqueológicos desde el Neolítico a la época romana. Para indagar por la comarca es indispensable el coche, pero también lo es la canoa, ya que aquí el Navia es el que manda.

El pueblo de Serandinas se encuentra en la ladera junto al embalse de Arbón.
El pueblo de Serandinas se encuentra en la ladera junto al embalse de Arbón.

El aislamiento de la zona es su condena y a la vez su tesoro. Las distancias no son grandes, pero los trayectos se pueden hacer eternos. La carencia de infraestructuras también ha mantenido intacto este ecosistema donde apenas se ven turistas y las tradiciones han cambiado muy poco en los últimos cincuenta años.

La piedra quiastolita es una beta de pizarra que se encuentran en la cara occidental del Navia.
La piedra quiastolita es una beta de pizarra que se encuentran en la cara occidental del Navia.

Río abajo y rumbo al norte

Desde Madrid se llega a Grandas de Salime por la AS-28. Antes de entrar en el pueblo, hay dos yacimientos que bien merecen una parada. El primero es el de los túneles romanos de Penafurada, un conjunto de canales construidos a través de la montaña para transportar oro; el segundo es el Castro Chao San Martín, un importante asentamiento desde la Edad de Bronce hasta la Edad Media (siglo X) que cuenta con un interesante museo. Según el arqueólogo Ángel Villa, cuenta con piezas "excepcionales en el repertorio arqueológico nacional". Atención, porque tiene un horario de cierre muy temprano (17:30 h y los festivos a las 13:30 h).

Castro y el Museo Chao San Martín.
Castro y el Museo Chao San Martín.

Desde las tierras altas interiores descendemos por la AS-28 siguiendo el curso del Navia, oculto en las mañanas por una espesa niebla. El Camino de Santiago del norte también tiene un alto en el pueblo de Grandas de Salime, donde encontramos una extensa colección en el Museo Etnográfico. El recinto fue creado, según explica su actual directora, Susana Hevia, en 1984 por iniciativa de José Naveiras 'Pepe el Ferreiro', "para recuperar las tradiciones que se estaban perdiendo en el valle". Antonio, el guía, destaca la cantina, un lugar donde "lo mismo comprabas unas zapatillas, escuchabas la radio o tomabas un vino". También destaca la sala de las madreñas, calzado con el que se trabajaba la tierra y de los que hay variedad de modelos tanto de la zona como de toda Europa.

La 'madreña' es el calzado que se utilizaba antiguamente en la zona para labrar la tierra.
La 'madreña' es el calzado que se utilizaba antiguamente en la zona para labrar la tierra.

Sin embargo, el elemento distintivo de Grandas es el embalse y su monumental presa, construida en 1956 y hoy decorada con murales, relieves y esculturas de los artistas Vaquero Palacios y Vaquero Turcios. En el embarcadero de Pénjamo, botamos la canoa y remamos por las tranquilas aguas del pantano hasta la aldea fantasma de Salime, anegada por el río tras la construcción del Salto.

El embalse de Arbón cuenta con 19 km navegables.
El embalse de Arbón cuenta con 19 km navegables.

Río abajo y rumbo norte, la carretera se adentra en el municipio de Pesoz, pasando por pueblos tan auténticos como Argul o Pelorde, de casas bajas con techos de pizarra y pasos en voladizo sobre la ladera. Cuentan que este paisaje se ve precioso en agosto, con la uva en su máximo esplendor. Aquí todo el mundo tiene su bodega, la sidra es casi una excentricidad.

Ruta por los saltos de agua de río Frío.
Ruta por los saltos de agua de río Frío.

El río nos guía hasta Illano, desde donde se contemplan las mejores vistas del valle del Navia y del Agüeira, en uno de sus puntos más elevados. El embalse de Doiras, con 25 km navegables, hace aquí de frontera natural con Boal y nos invita a otra incursión fluvial. Cualquiera se resiste.

El embalse de Doiras, desde la presa.
El embalse de Doiras, desde la presa.

'El maestro del agua'

Aunque nos cueste alejarnos del río, Boal, al amparo de la sierra de la Bobia, exige un paseo por su villa histórica, al igual que el alto de Penouta exige un picnic junto al dolmen del Neolítico. Tras la visita al castro de Pendia, acudimos en busca de respuestas al pueblo de Serandinas, a orillas del embalse de Arbón, donde nos espera el gurú del río Navia.

Juan Carlos Menéndez, 'Kaly', guiando la expedición por el cañón de río Frío.
Juan Carlos Menéndez, 'Kaly', guiando la expedición por el cañón de río Frío.

Juan Carlos Menéndez, más conocido como Kaly, es pionero en turismo activo en la zona y la persona que mejor conoce el entorno. Desde el Albergue de Serandinas, la empresa Kaly Aventura organiza diferentes expediciones y actividades en la comarca para todos los públicos. "He llevado en canoa a una persona de 93 años y a otra de dos, 'llevado', literalmente. También he adecuado una canoa para que pudiera subirse una persona en silla de ruedas", explica.

Sus productos estrella son la ruta por el cañón de río Frío, que exige rapelar por sus cascadas y zambullirse unas cuantas veces; la travesía en canoa por el río Polea, que discurre por un paisaje idílico de alisos, helechos, musgos y líquenes donde la fauna autóctona se deja ver; y el descenso del río Navia, con un recorrido de 14 km desde Arbón hasta el puerto de Navia a través de rápidos, praderas y parajes boscosos. La búsqueda de quiastolitas, o 'piedra de los celtas', en la cuenca enriquece aún más la expedición.

Cauce del río Oneta y rápel en los cañones del río Frío.
Cauce del río Oneta y rápel en los cañones del río Frío.

Esta última es la ruta que elegimos recorrer junto a Kaly. Cruzamos el río por la presa de Arbón para descubrir el único monumento natural de la comarca: las cascadas de Oneta en Villayón. El trekking por los dos primeros saltos de agua, de hasta 15 metros de altura, es bastante asequible para cualquier excursionista. Sin embargo llegar a la tercera catarata son palabras mayores: hay que cruzar el río y subir un risco. Como casi siempre, el esfuerzo merece la pena.

Cascada Firbia de Abajo, la segunda que forma el río Oneta.
Cascada Firbia de Abajo, la segunda que forma el río Oneta.

En la ruta, que dura unas tres horas –ida y vuelta–, nos encontramos una pareja de excursionistas, Jesús y Merche en compañía de su perrito cocker, Paul. Los tres son de San Agustín de Guadalix (Madrid). "Estamos conociendo la zona, ahora mismo vamos a hacer la ruta de las hoces del río Esva (concejo de Valdés)". ¡Para que digan que esto no lo conoce nadie! A diez minutos de Oneta se encuentra el pueblo de Villayón, en el que arribamos por aclamación popular para probar el pote asturiano, el repollo relleno y el cachopo del restaurante 'El Torneiro'. Mirta Rodríguez, la dueña, lleva once años apostando por lo tradicional, un producto de calidad y mejor trato. Y no le va nada mal, aunque confiesa que "sigue siendo muy difícil atraer a la gente a esta zona".

El 'cachopo' es uno de los platos estrella del restaurante 'El Torneiro'.
El 'cachopo' es uno de los platos estrella del restaurante 'El Torneiro'.

El castro de los castros en Coaña

De vuelta a la carretera y ya llegando a la villa de Navia por la AS-12, nos detenemos en el Castro de Coaña, uno de los mayores exponentes de la cultura castreña de España. Este antiguo poblado fortificado de la Edad de Hierro ha sido excavado desde el siglo XIX y dispone de un aula didáctica para conocer su evolución. Las mejores vistas del asentamiento, situado sobre un promontorio frondoso, se las reserva el pueblo de Coaña, justo en frente.

Vistas del Castro de Coaña.
Vistas del Castro de Coaña.

Preguntamos al arqueólogo Ángel Villa, experto en el patrimonio histórico y cultural de la comarca, cuál es la esencia del valle. "Es la máxima expresión, en lo bueno y en lo malo, de lo que es el Occidente de Asturias. El olvido y aislamiento han propiciado la conservación de un paisaje salvaje, de yacimientos de extraordinario valor y tradiciones únicas en todo el Principado". Y aún sigue desconocido.

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