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La pregunta de “dónde comer en una ciudad” no siempre es fácil de contestar. Si queremos, además, comer bien sin salirse demasiado del presupuesto, la cosa se complica; porque la estrecha y escondida senda entre la comida rápida y los restaurantes caros, no siempre es identificable.
La turística e internacional ciudad de Palma cuenta con innumerables propuestas para el almuerzo, adaptadas a todas las nacionalidades que visitan la isla cada verano. Nosotros hemos elegido cinco menús semanales que aúnan calidad gastronómica, precio razonable y, además, excelentes y bucólicas vistas de la ciudad desde las alturas. ¿Se puede pedir más?
La primera vez que los suecos Mikael y Johanna Landström llegaron a Mallorca fue en 1990 para trabajar en una cadena hotelera. La isla les cautivó y decidieron ser ellos mismos los que hospedaran a los visitantes. En 1999 abrieron su primer establecimiento, ‘Hotel Portixol’, en Palma, y en el 2006 ‘Espléndido’, en Sóller, reconstruyendo un pequeño establecimiento de playa de los años 50 y conservando su estilo.
Más recientemente, adquirieron también el ‘Palma Sport & Tenis Club’, un club deportivo que también han renovado, porque la pasión de los Landström es coger espacios antiguos y devolverlos a la vida, respetando su esencia y estética de años pasados, mucho más suntuosos.
El ‘Hotel Portixol’ era también una pensión del año 1954, ubicada en el pequeño puerto del mismo nombre, muy cerca de la ciudad y de la platja des Portitxolet, donde Rosalía grabó el videoclip de su canción Despechá. Un pequeño edificio de color blanco y persianas mallorquinas, que acogía las ilusiones veraniegas de los turistas de entonces. Hoy es un hotel cuatro estrellas superior con 25 habitaciones, que ha sabido respetar la estética cincuentera, sobre todo en su comedor, con amplios ventanales con vistas al mar y a la piscina.
En su terraza-restaurante, de lunes a viernes, puede degustarse el menú del día por 25 euros. Cocina mediterránea con productos frescos y toques asiáticos o escandinavos. Bajo las sombrillas, el sol de mediodía es cegador y el mar turquesa una promesa al alcance de la mano. Aunque los colores y los turistas pueden llevarnos al Caribe, no estamos allí. Mucho mejor, estamos en la marinera calle de la Sirena, en Palma de Mallorca.
‘HOTEL PORTITXOL’ - Sirena, 27. Platja de Palma. Tel. 971271800. Menú semanal de lunes a viernes (25 euros).
Hay azoteas que descubren perspectivas tan inéditas de un lugar, que pareciera que estamos en destinos desconocidos. Las copas de los árboles, que forman un pequeño bosque urbano; las cúpulas de los edificios que, de cerca, parecen menos altivas y más humildes, o los tejados y patios traseros, que conforman el inconsciente de las casas.
El ‘Sky Bar del Hotel Almudaina’, en el epicentro de Palma, es un asiento de primera fila para este universo hipnotizante; donde la catedral, el Castillo de Bellver y el eterno mar de fondo son referentes del paisaje palmesano. Una vista de 360 º sobre la ciudad que descubre no solo los edificios más emblemáticos, sino las anónimas terrazas con vistas al puerto, las humildes buhardillas con ventanas al Mediterráneo o los patios sin pretensiones que casi comparten vecindad con el rosetón de la catedral. Los residentes pueden jugar a descubrir edificios y lugares, y los turistas soñar con vivir en una ciudad privilegiada los 365 días del año.
Al frente de los fogones del ‘Sky Bar’ está el chef mallorquín Biel Roselló, que hace una cocina de fusión con producto local, fresco y de calidad. De lunes a viernes, el menú del día (22,50 euros), que cambia cada semana, permite degustar platos como el gazpacho de fresa, totopos asiáticos con atún marinado, kimchi y wakame o cordon bleu de pollo con queso mahonés y salsa de pimienta rosa.
‘SKY BAR HOTEL ALMUDAINA’ - Jaume III, 9. Tel.: 971727340. Menú semanal de lunes a viernes (22,50 €).
A la entrada de la ciudad, muy cerca de las antiguas murallas se encuentra este urban-boutique hotel de cinco estrellas. Su rooftop es un balcón a toda la bahía de Palma, a la catedral, al Castillo de Bellver, a la playa de Can Pere Antoni, al mítico edificio Gesa, a la iglesia de Montesión, a Es Seminari, al puerto y a las antiguas murallas. Se ve también la puesta de sol tras las montañas y la partida de los cruceros al caer la tarde. Por eso mucha gente elige esta atalaya para despedir el día, con un cóctel en la mano y chill out como música de fondo.
Pero su encanto de noche no tiene nada que envidiar al de mediodía. En el restaurante del rooftop se sirve un peculiar menú semanal, de lunes a viernes, donde se puede degustar la versión deconstruida y cinco estrellas del variat; esa típica tapa mallorquina que junta diversas especialidades en un mismo plato, para tener la oportunidad de probar un poco de todo.
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La idea corre a cargo del joven chef, Javier Barceló. “Se trata de hacerlo más asequible para el cliente; ya que el típico variat puede resultar caótico y poco atractivo”, comenta Barceló. Así, la nueva versión de este clásico de la isla se descompone en partes frías y calientes, que llegan en un atractivo expositor de madera. Primero están las gildas, la ensalada de tomate con anchoas, la ensaladilla con bonito, las tostadas de jamón, las aceitunas, el hinojo marino y el pan con alioli.
En el apartado caliente se encuentran las patatas bravas, los calamares a la andaluza, el pica-pica de pulpo encebollado y las albóndigas. Todo delicioso y con productos de excelente calidad. El dicho de que se come con los ojos nunca fue tan cierto.
‘ES PRINCEP ROOFTOP’ - Bala Roja, 1. Tel.: 971720000. Menú semanal de tapas, de lunes a viernes (36 euros).
Este hotel de cuatro estrellas superior ha sido también un referente en el mundo de la música y el jazz, con sus actuaciones musicales que, aunque suspendidas durante algún tiempo, prometen volver.
‘Saratoga’ se ubica en el conocido Passeig de Mallorca y sus ocho plantas lo convierten en una torre desde la que se divisa gran parte de la ciudad: el puerto deportivo al completo, el Castillo de Bellver rodeado de su bosque; Es Baluart, parte de la antigua muralla de la ciudad, el parque de Sa Faxina, Sa Riera, la iglesia de Santa Catalina, o los antiguos molinos, ubicados en la calle Indústria.
La oferta gastronómica de este hotel es tan variada como sus vistas. El ‘Sky Bar’, en la azotea; el ‘Gastrobar Saratoga’, en la planta baja y ‘L’Átic’, en el séptimo piso, están abiertos tanto a huéspedes como a visitantes. Al frente de todos ellos está el joven chef de Calvià, Juan Pinel, de 29 años. El menú semanal se sirve en el restaurante ‘L’Átic’, un elegante comedor acristalado con espectaculares panorámicas. “Se compone de cinco platos: dos entrantes, un primero, un segundo y postre”, apunta Pinel, “nuestra propuesta es destapar el producto, que se vea claro lo que es, utilizando materias primas de cercanía, siempre que sea posible”.
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Hay también técnicas, especies y sabores que este chef aprende en sus viajes culinarios por el mundo. “Gastronómicamente hablando, Tailandia es un país fascinante, que tiene similitudes con nosotros. Por ejemplo, en sus sopas de mariscos o en sus raciones pequeñas. Malasia es otro lugar que he descubierto recientemente y que me ha sorprendido mucho. Es como Tailandia pero sin explotar”. Los sabores asiáticos siempre están presentes en estas delicias con vocación de sorprender.
‘L’ÀTIC’ - (Hotel Saratoga). Passeig de Mallorca, 6. Tel.: 971727240. Menú semanal de lunes a viernes (38 euros).
Este hotel, que abrió sus puertas en plena pandemia, se asienta en un edificio del Paseo del Borne, donde antiguamente Iberia tenía sus oficinas. Los dueños quisieron que esta anécdota del pasado fuera más que eso; razón por la cual su recepción, en el séptimo piso, y su bar recuerdan estéticamente a aquellos años. Lo mismo que los uniformes de los empleados, que están inspirados y recreados en los de las azafatas de entonces. Aquí podría hospedarse Don Draper o haberse grabado escenas de la película Atrápame si puedes (2003).
En su rooftop, sin embargo, la estética vintage se cambia por la de cualquier azotea palmesana. En este caso, con vistas a las copas de los árboles del Paseo del Borne, la catedral, un trocito de Mediterráneo y las muchas terrazas y miradores de las casas de la zona, que tantas pistas dan sobre la vida y el estatus de sus dueños.
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El menú semanal de este oasis de paz en las alturas comprende cocina mediterránea con guiños internacionales y ecológicos, gracias a los productos de ‘Eco Sa Teulera’, granja y finca orgánica con la que colaboran abasteciéndola con residuos orgánicos, procedentes del hotel.
Annemette Sloth, la directora, es una danesa que lleva más de media vida en la isla. Ella cree firmemente en la idea de que los hoteles no deben ser reductos exclusivos de los turistas, sino espacios donde locales y extranjeros compartan experiencias, cenas, menús del día y cócteles al caer la tarde.
‘ROOFTOP NIVIA BORN BOUTIQUE HOTEL’ - Paraires, 24. Tel. 971007008. Menú semanal de lunes a viernes (24 euros).
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