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Una parada en la Ferrería de Cades

Herrerías, Cantabria

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En la frontera entre Cantabria y Asturias existe un lugar que se ha salvado de la burbuja inmobiliaria. Es el Valle del Nansa, un paraíso natural cuyas tierras fértiles le deben todo al río salmonero que les da nombre. Desde los pliegues de los macizos de Peña Labra y Peña Sagra, a 1.800 metros de altitud, hasta su rendición en la ría Tina Menor, el Nansa hace un viaje corto, de 46 kilómetros, pero lleno de belleza. Al final de la senda fluvial, en Cades, merece la pena hacer una parada que no olvidarás fácilmente: la visita a la Ferrería de Cades. Una joya.

La Ferrería es un ejemplo de aquellas industrias que hubo por todo Cantabria que se dedicaban a transformar el mineral de hierro en lingotes mediante ingenios hidráulicos. Estuvo funcionando desde 1752, que se terminó de construir, hasta el final del siglo XIX. Tenía dos molinos, lo que demuestra que era importante. La Casona fue construida por una familia de renombre en Cantabria, la del jesuita Antonio de Rávago, confesor de Fernando VI, que reactivo un montón de ferrerías y martinetes por toda Cantabria. Pocas están tan bien conservadas como esta Ferrería, clave en el desarrollo de la industria naval de Cantabria y Castilla.

Contacto

Localización

Lugar Barrio Cades, 4A, 39550 Cades, Cantabria