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Una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad es el escenario perfecto para escenificar la pasión y muerte de Jesús. El entorno medieval de la Ciudad Monumental engrandece cuando los pasos de Semana Santa recorren sus calles desde el Sábado de Pasión hasta el Domingo de Resurrección. Las procesiones nocturnas, junto a las antorchas que las iluminan, hacen que Cáceres viaje siglos en el tiempo, cuando la pasión religiosa se convirtió en tradición. Algunas de las cofradías más antiguas de España, nacidas durante los siglos XV y XVI, participan durante toda la semana en los pasos que recuerdan los últimos días de Jesucristo. Túnicas negras sujetas a la cintura con cordones de estilo franciscano, capas blancas con el emblema de la congregación en fieltro carmesí, capirote y guantes blancos. La estética de cada procesión está completamente cuidada, la mayoría de los pasos salen sacados a hombros y vestido con telas, mezclando el estilo castellano con el andaluz. El entorno por el que pasean las figuras y los nazarenos permite que sea una vivencia única en el mundo y que junto a su tradición centenaria consiguen que la festividad esté declarada de Interés Turístico Internacional.

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