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Castrejón de Trabancos

Misticismo entre bosques y capeas

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El río Trabancos y el pequeño castillo (en diminutivo: “castrejón”) que se cree pudo defender la comarca dieron nombre a este pueblo de gran riqueza natural, rodeado de fresnos, choperas y encinares. Su situación estratégica entre el reino de León y de Castilla provocó la necesidad de crear una línea defensiva debido a las múltiples disputas entre ambos reinados. Fue otro de los pueblos destruidos por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia y por eso solo quedan los restos de la antigua iglesia de Nuestra Señora del Castillo.

Sí se puede visitar, sin embargo, el templo barroco de ladrillo dedicado a Nuestra Señora de la Asunción, que alberga en su interior un retablo neoclásico y un crucifijo del siglo XVII dignos de ver. Para poder ver el interior de esta iglesia es necesario contactar previamente con el ayuntamiento. La mejor época para visitar Castrejón de Trabancos es la segunda quincena de agosto, cuando se suceden las fiestas de la Virgen de la Asunción y San Roque, con tradicionales encierros en el campo y las calles del pueblo.