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Diego del Carpio

Almendras garrapiñadas en los campos góticos

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Municipio de unos 150 habitantes formado por las localidades de Diego Álvaro y Carpio Medianero, a las que se accede por un desvío desde la carretera AV105. Se sitúa junto a la frontera provincial con Salamanca y dista de Ávila 66,3 km.

Es curiosa esa denominación que combina en el nombre los dos pueblos, no es muy común. También está a medio camino su geografía, en tierras onduladas repartidas entre cultivos y encinares en dehesas muy abiertas. Esporádicas afloraciones rocosas, pequeños sotos en un par de arroyos, uno por cada pueblo, y algunos cercados de pasto. En resumen, paisaje de transición entre las llanuras cerealistas al norte y las tierras agrestes de la Serrezuela al sur. Tiene la mitad de cada cosa. La economía siempre ha sido tan agrícola como ganadera.

Diego Álvaro es el pueblo principal, de plazas espaciosas (la Mayor también se llamaba “de las quinielas”) y predominio de casas blancas con sillares de refuerzo en las esquinas. Varias fuentes y un negocio inesperado en Diego Álvaro: una fábrica de almendras garrapiñadas. Carpio conserva más ejemplos de arquitectura popular serrana en sillarejo, sobre todo viejas construcciones ganaderas.

La jerarquía también se refleja en las iglesias. Buen porte la de San Juan Bautista (Diego Álvaro), de sillares, amplia en sus tres naves, bóvedas de crucería, portada monumental, arco decorado con las típicas bolas del gótico abulense, tres retablos… Por factura y tamaño podría plantarse en una población mucho mayor. La de Carpio es más modesta pero tiene encanto rústico en la combinación de ladrillo en la nave (con ventanucos cercados de piedra), la torre de sillarejo con sillares de refuerzo en las esquinas y el tejadillo sobre columnas en la entrada.

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