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El Romeral

Un pueblo para empaparse de la esencia de La Mancha

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No hay estampa más manchega que un molino en el horizonte, sobre una loma, y así cuatro ejemplos encontramos en El Romeral, cada uno con su nombre y su historia a cuestas: se llaman Pechuga, El Crítica, Gorrinos y Muela, y el primero de ellos es el más representativo. Sus aspas recogen el viento y su maquinaria original, del siglo XIX, aún es capaz de movilizar las grandes piedras que muelen el trigo. Todas las miradas se dirigen a él en las Fiestas de los Molinos, el último fin de semana de abril, durante una molienda de exhibición que traslada a vecinos y visitantes a tiempos pretéritos. La celebración es en realidad un gran homenaje a Cervantes (el pueblo está en la Ruta de Don Quijote), con representaciones teatrales, concursos de pintura, concurso literario, actividades deportivas y degustación de migas manchegas. Un modo de acercarse a La Mancha que puede intensificarse con un par de visitas muy recomendables. Por un lado, el Museo Etnográfico, ubicado en una antigua bodega, debajo de un cerro; allí, en los huecos donde antes reposaban las tinajas, se exponen antiguos utensilios de cocina y de costura y viejos aperos de labranza. Por otra parte, el Museo del Esparto, que sirve para entender el proceso de extracción y preparación del esparto y para conocer todos los artículos que se fabricaban con esta fibra vegetal. Ambos centros abren los sábados por la tarde y los domingos por la mañana. En cuanto al patrimonio monumental del pueblo, de calles estrechas y casas encaladas, este lo componen la iglesia parroquial de la Asunción y las ermitas de San Sebastián (patrón de El Romeral), de la Virgen del Rosario y de la Purísima Concepción.

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