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La Portellada

El río que salta entre almendros

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La Portellada destaca por su sublime entorno natural. En el término de este pueblo se halla El Salt de la Portellada, una cascada de unos 20 metros de altura que ofrece un hermoso espectáculo, sobre todo en las épocas de lluvia en las que el río Tastavins baja con más caudal. El agua que cae forma una piscina natural que invita al chapuzón, especialmente en primavera, cuando el líquido es cristalino y los almendros que crecen alrededor están en flor. La colina conocida como el Piló de Sant Pere Màrtir de Verona es una inigualable atalaya desde la que se puede contemplar todo el paisaje circundante.

En el casco urbano es reseñable la la iglesia parroquial de San Cosme y San Damián, construida en mampostería y sillería en el siglo XVII. Si se sigue el camino del vía crucis, se llega a la ermita de San Miguel, santuario en el que durante una epidemia de cólera se resguardaban los afectados por la enfermedad. Los habitantes sanos les llevaban comida que depositaban a mitad del camino como precaución para evitar contagios.

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