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La Puebla de Híjar

La villa que siempre suena

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Antaño se escuchaba el sonido del tren que llegaba desde Tortosa a La Puebla de Híjar. Al adentrarse en este territorio, la locomotora aminoraba la velocidad antes de surcar la oscuridad. El peculiar silbido, que recordaba al mugido de un toro, avisaba a los vecinos tras atravesar el Túnel de la Mina. Hoy, los antiguos raíles han desaparecido y han dado paso a la Vía Verde del Val de Zafán. Ese camino recuerda la historia de un ferrocarril a través de los pasos sobre la tierra de los intrépidos viajeros. En la mente permanece el sonido, al igual que el que cada Jueves Santo se percibe en la Semana Santa del municipio. Palillos y redobles toman las calles y plazas en el “romper la hora”. El ruido contrasta con el silencio previo y el primero se hace fuerte durante horas. Tomará la villa hasta que la calma vuelva a retomar su protagonismo al finalizar las fiestas. Con mayor tranquilidad, se puede realizar un paseo para descubrir el espíritu de sus calles. Primero, nos asaltará la imponente iglesia de la Natividad que tiene un alma de piedra arenisca, luego estableceremos la próxima parada en el portal de San Roque y, finalmente, admiraremos la Casa Consistorial. El final del trayecto en la visita a la localidad es la ermita de los Dolores. El presente, el pasado y el futuro suenan en La Puebla de Híjar.