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La Seu d'Urgell

Rienda suelta a la emoción entre el Segre y el Valira

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Un destino y mil cosas por hacer. Así es la Seu d'Urgell. Así es la provincia de Lleida, así son los pirineos catalanes. El Parque Natural del Cadí-Moixeró engalana estas tierras con paisajes de bosque y prado. Hay, además, otros espacios naturales contiguos, como el Parque Natural del Alto Pirineo, el más grande de Cataluña, y el de Agüistortes y Lago San Mauricio. Con unas coordenadas así, es lógico que la ciudad sea un referente del deporte.

Sus ríos, en especial el Segre y el Valira, ofrecen grandes posibilidades en piragüismo o 'rafting'; sus cielos son ideales para el ala delta, el parapente y el globo aerostático. Y, por si fuera poco, sus montañas permiten infinitas posibilidades para la escalada y las excursiones a pie, a caballo o en bici. Además, la ciudad está rodeada de las estaciones de esquí nórdico más importantes de la vertiente sur del Pirineo. En el terreno exclusivamente cultural, es imprescindible visitar el casco antiguo medieval, cuajado de calles porticadas llenas de casas blasonadas y extraordinarios templos. Entre ellos hay que destacar la soberbia catedral de Santa María de Urgel, la única íntegramente románica de Cataluña.

Junto a ella se encuentra la sobria Iglesia de Sant Miquel, el portentoso Palacio Episcopal y el colorido Museo Diocesano. Otros bellos recodos de este municipio son la Biblioteca de Sant Agustí y la rosada Casa de la Ciutat, sede del Ayuntamiento. El recorrido, sin embargo, no estaría completo sin el Parc del Valira, que cuenta con un claustro moderno diseñado por el arquitecto urgelés Lluís Racionero. Este claustro es una réplica del claustro de la catedral de La Seu y refleja en sus capiteles la historia del siglo XX. Como protagonistas, aparecen tallados en piedra actores, políticos, religiosos, futbolistas y científicos.

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