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Nacimiento

El color de la vida

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El valle desértico que se contempla entre la Sierra de Baza, la de los Filabres y Sierra Nevada ha encontrado en este municipio un paraíso de color que las huertas, alimentadas por el río del mismo nombre, dibujan en la vega. Los cortijos abren sus puertas a los visitantes, que desde allí organizan la rutas que llevaran a cabo para conquistar esta tierra. Senderos que culminan en su casco histórico, lugar perfecto para poder refrescar nuestro viaje en cualquiera de las fuentes que se esculpen en sus calles. La vertical fisionomía de Nacimiento se rompe ante nuestros ojos, pues la iglesia mudéjar de San Miguel decide mirar por encima del hombro al resto de blanquecinas edificaciones que la veneran. Residencia habitual del patrón de la villa, este templo se abre en canal cada mes de agosto con el fin de que el Santo baile al compás de los tarancos e inunde de alegría las calles del municipio.

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