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Páramo del Sil

Los robles poderosos del páramo

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Los ríos Cúa y Sil riegan este hermoso valle poblado de corpulentos castaños. En el escudo de la localidad lucen por igual este árbol recio, que facilitó el desarrollo económico durante siglos, con el escudo de la minería de carbón, actividad que durante el siglo XX supuso la verdadera prosperidad del norte de la provincia de León.

Las minas no han destruido su paisaje, ni siquiera han desplazado a su agricultura y ganadería. Hoy, los productos del cerdo (entre los que brilla el botillo berciano y los embutidos ahumados), los de la vaca (la cecina leonesa), los pimientos, las castañas, las manzanas y las cebollas del páramo hacen las delicias de habitantes y visitantes.

En la localidad destacan las casas de piedra, algunas casas señoriales como la Casa de la Indiana, del siglo XVIII, o la de los Donis, y una iglesia parroquial neoclásica.

Para los amantes del senderismo, tres rutas para descubrir su territorio: la del Macizo de Catoute, la de la Cumbre del Miro y la del Alto Sil a la Sierra de Gistredo. Cuatro estaciones, desde las nieves al cálido estío, para deleitarse con un Bierzo, para muchos, desconocido.

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