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Rutas de la historia de una montaña minera
Una laguna artificial al lado de Prado y la presencia del ferrocarril en una población tan diminuta hablan de su pasado minero. La comarca de la Montaña Oriental Leonesa, en las proximidades de los Picos de Europa y algunos kilómetros al norte del Camino de Santiago, presenta en el municipio de Prado de la Guzpeña cuatro pequeñas localidades, preciosos pueblos de piedra que se distribuyen en la ribera del Cea. No llegan al centenar de habitantes.
El ferrocarril «el Hullero», que une Prado, Cerezal y La Llama, se construyó a finales del XIX debido al impulso de la minería. Hoy, praderas, setos y robledales dan la bienvenida al visitante amante de la naturaleza.
Aunque los restos prerromanos astures en Peña del Castro (en Robledo) y las iglesias de piedra, hórreos y palomares sean un aliciente para el visitante, no se debe obviar alguna de las rutas de senderismo del municipio: la ascensión a Peñacorada (por un bosque en dirección a la cresta sur) o la de Robledo de la Guzpeña (de Cerezal en dirección a Prado y a través de un bosque para descender a La Llama).