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Castillo de Macenas

Mojácar, Almería

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Compaginar Naturaleza y un entorno de gran valor geológico como es la zona sur del litoral mojaquero, caracterizada por las aglomeraciones de arenas fósiles, cuando nos acercamos a la playa del castillo de Macenas es gratificante, pero llevemos calzado o zapatillas adecuadas para andar por una playa llena de gravas y rocas, arena oscura y de oleaje moderado. Ante la solemnidad del paisaje pero acompañados por la singularidad de la torre de Macenas, lo que queda de un castillo, se despliega la torre-fortín o castillo de Macenas, construido a mitad del siglo XVIII. Destaca su peculiar planta en forma de pezuña o herradura y muros a talud. Este tipo de construcciones se caracteriza por tener dos partes asimétricas: una curva en forma de semitronco orientada al mar y que recogía la batería de artillería; y dos semibaluartes con dirección al interior, a tierra, con la finalidad de proteger la entrada.

El castillo de Macenas, de dos plantas, tenía capacidad para un par de cañones, ubicados en la azotea o en planta superior del fortín, a los que se accedía por una puerta de altura mediante cuerda. En la planta baja se guardaban el polvorín y los repuestos, localizándose en la planta intermedia la cocina y una habitación. Además de playa, conocemos una parte monumental de Mojácar que conserva este bien de interés cultural con el mimo que le caracteriza. Siempre solo y siempre acompañado por el mar, vigilante como lo fue antaño, pero sin invasiones, apenas las visitas de quienes quieren conocerle y bañarse a sus pies.

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