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Playa de Nogales

Puntallana, Santa Cruz de Tenerife

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Nos atraen hasta playa Nogales sus escarpados acantilados, como un reclamo que asoma a pie de mar pidiendo descubrir qué se esconde en su base. Una vez allí, nos seduce por su fina arena que masajea nuestros pies con suavidad; polvo volcánico, que proclama ante nuestros sentidos que estamos en Las Canarias, concretamente en La Palma, uno de sus más vírgenes y espectaculares regalos naturales. Aunque ya nos tiene, Nogales se esfuerza por conquistarnos del todo, afirmándose como el más extenso manto de arena negra de toda la isla, que nos sorprende incluso por sus instalaciones con aparcamiento, duchas y servicio de limpieza regular, pese a su ubicación al pie de un aislado acantilado. Entonces ya no podemos resistirnos más y nos disponemos a recorrer con calma sus 500 metros de paseo, compartiéndola quizás con alguno de los surfistas que allí acuden. Y así, masajeados por el entorno, sin más preámbulos, nos entregaremos definitivamente al encantamiento de sus transparentes aguas.