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Ourol

Atracción natural

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Es la historia de un viaje. Hace más de un siglo, algunos indianos emigraron de América con destino al municipio lucense de Ourol. En esta villa, estos visitantes construyeron palacetes en los que instalarse que aún hoy impresionan a quien pase por estas tierras. Para muestra, el eclecticismo del de Carballido que quizás es el más emblemático. Su ornamentación, sus luminosas galerías y sus balcones crean una belleza registrada en la partitura de una gran sinfonía visual. Posiblemente uno de los motivos para alojarse en esta zona sea su mágica vegetación. El municipio se enclava en un paraíso de extensos bosques, mágicas montañas y cursos de agua que crean incesantes cascadas o “fervenzas”. En la sierra de O Xistral pueden verse caballos salvajes, mientras que en la de Sabucedo se obtienen preciosas panorámicas de toda la comarca. E incluso en el paseo da Rega, las montañas se tiñen de verde. Lo recóndito del lugar convierte a este paraje en un lugar propicio para la fe. Prueba de ello son los ochos templos, algunos de ellos escondidos entre la densa vegetación. La iglesia de Ambosores o Santa María de Ourol son dos muestras de ese intenso latir rural gallego. Aunque nos encuentremos a miles de kilómetros, el hechizo de Ourol siempre nos atrapa.

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