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Maika Makovski.

En ruta con Maika Makovski

"La Conca de Barberà, en Tarragona, parece la Toscana y el vino es delicioso"

Actualizado: 25/07/2017

Esta precoz compositora, guitarrista, cantante y actriz lleva componiendo desde los 12 años y dando vueltas por España (y por el mundo) desde los 18, siempre con su guitarra y un montón de 'bolis' a mano. Hablando con Maika Makovski descubrimos a una 'disfrutona' nata, tanto si es en un pueblo al norte de Mallorca como tomándose una copa de vino blanco de las Bodegas Stratvs en Yaiza (Lanzarote) o compartiendo mesa en 'Casa Arturo' (Oviedo) con Juan Echanove.

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Los mejores artistas son aquellos que no se pueden encasillar fácilmente. Y el ejemplo de Maika Makovski (Palma de Mallorca, 1983) es de libro. Las canciones de Maika, de madre andaluza y padre macedonio, cantadas en inglés revelan una inquietud creativa equivalente a su inquietud vital por descubrir lugares, culturas y gastronomías diferentes.

De hecho, la mayoría de temas de su último trabajo, Chinook Wind, provienen del viaje que hizo a Macedonia para descubrir sus raíces familiares. "Yo no lo conocía muy bien hasta que, por alguna razón que no sé explicar, tuve la necesidad de viajar allí y me conecté con una parte de mí que no sabía siquiera que existía".

Después de un conciertazo con el Brossa Quartet de Corda. Foto: Facebook.
Después de un conciertazo con el Brossa Quartet de Corda. Foto: Facebook.

Su excepcional repertorio y la hipnótica presencia escénica de Makovski son las protagonistas de una gira con el Brossa Quartet de Corda, con los que actuó en Madrid el 22 de julio y el 24, junto a Sidonie, en las Fiestas de Sant Jaume de Formentera. Mientras tanto, nos buscó un hueco en su agenda para revelarnos, entre tanto viaje, qué lugares son sus favoritos.

¿De tu Mallorca natal qué nos recomendarías para salir un poco de la ruta más turística?

Hay muchos sitios. Por ejemplo, Bañalbufar es maravilloso y no es especialmente turístico. Es un pueblecito del norte de la isla, donde la costa es muy escarpada y muy salvaje.

Guitarra en mano de aquí para allá. Foto: Facebook.
Guitarra en mano de aquí para allá. Foto: Facebook.

Y con tanto viaje, ¿has descubierto algún rincón especial?

Sos del Rey Católico nos pareció un lugar alucinante. Estuvimos en el Parador y es de lo más recomendable. 'La Conca de Barberà', en Tarragona, parece la Toscana y el vino es delicioso. Yaiza, en Lanzarote, por su paisaje lunar y el vino blanco de Stratvs. Y también me soprendieron mucho una serie de pueblecitos pequeños y muy bellos en Guadalajara como Pozancos, Palazuelos y Carabias.

¿Cómo te planteas las giras? ¿Aprovechas para hacer algo de turismo?

Normalmente vamos con poco tiempo, pero si hay unas horas muertas yo siempre intento ver la ciudad e ir a comer a sitios que nos recomienda gente en la calle. La idea es probar lo que ofrece cada sitio. De hecho, en el catering incluimos algo típico de la zona y a veces se lo curran mucho. Por ejemplo, en Murcia nos pusieron el pastel de carne murciano y nos encantó.

¿Qué tal se come en la carretera? ¿Vais con el itinerario y las paradas planificadas o preferís improvisar?

Decidimos sobre la marcha casi siempre. Lo que nos gusta hacer es, cuando empieza a haber hambre, desviarnos al primer pueblo que vemos, aunque vayamos por la autopista. Una vez que llegamos al sitio preguntamos a la gente del lugar. Normalmente comemos muy bien. Es una estrategia que falla muy pocas veces.

¿Qué restaurantes recomendarías?

Hay tantos y me gusta tanto comer que es complicado. Cuando volvíamos a Madrid, paramos en Lerma (Burgos) y descubrimos el 'Asador Casa Brigante'. Está muy bien 'Casa Arturo' en Oviedo, un sitio exquisito al que me llevó Juan Echanove, así que me tomaréis la palabra. Cerca de Palma de Mallorca está 'Casa Fernando', ideal para comerse un pescado fresquísimo y buenísimo. También me gusta mucho 'Casa Victor', en Peñaranda de Bracamonte, un pueblo camino a Salamanca. Tiene las tres "B", además de un servicio fantástico.

En un hotel en Santander y con Mikel Erentxun. Foto: Facebook e Instagram.
En un hotel en Santander y con Mikel Erentxun. Foto: Facebook e Instagram.

En cuestión de hoteles, ¿cuáles son los que más te han sorprendido?

Diría que 'Villa Carmen' en Alcanar, en pleno Delta del Ebro. Es una casa de indianos con un jardín exuberante que me hizo sentir en el trópico y unos apartamentos enormes, conservados en su estilo original y a un precio muy bueno. También recuerdo los dos mejores desayunos que he comido en un hotel en España, que fueron en el 'Gran Hotel La Toja' y en el 'Hotel Omm' de Barcelona. El desayuno es mi comida preferida del día y disfruté como una enana.

¿Qué no puede faltar en tu maleta cuando estás de gira?

Siempre, siempre, siempre llevo un montón de bolis. Tengo un miedo absurdo a quedarme sin tinta porque me ha pasado alguna vez. Voy recopilando bolis y los voy echando en la maleta y luego descubro que llevo muchísimos. También me aseguro de que queda suficiente espacio en los cuadernos. Mi bolso es como una amalgama esquizofrénica: suelo llevar esa parte que aúna ocio y creatividad de los bolis y los cuadernos, un montón de cables, un vestido azul que me encanta, el afinador, las púas para la guitarra…

En concierto en l'Aliança del Poble Nou. Foto: Clara Orozco.
En concierto en l'Aliança del Poble Nou. Foto: Clara Orozco.

La inspiración te puede pillar en cualquier sitio…

Sí, o eso creo yo. Igual luego no tengo ni tiempo.

¿A qué colega músico te llevarías de ruta gastronómica y por dónde os iríais?

Me llevaría a Leo Mateos de Nudozurdo y probablemente iríamos a comer un pescadito a la Cala Deià, en Mallorca, o algo así, que él es de meseta y le hace falta un poco de mar.

De los festivales musicales veraniegos en los que has participado ¿cuál recomendarías?

Sin duda el gallego Sinsal, en la Isla de San Simón. Fui a tocar yo sola en acústico antes de sacar este disco y llevaron el piano de cola en un mejillonero a la isla. Cuando llegué yo, me metieron en una barquita junto a un bidón lleno de pulpo.En ese momento me di cuenta del tipo de sitio al que iba. Con cosas así entiendes el cariño con el que lo hacen, porque sería mucho más fácil que lleven un montón de bocatas, ya que la gente no tiene otra opción para comer y te comprarían casi cualquier cosa. Pero es un festival tan cuidado que da gusto, sobre todo para gente como yo, que no soy nada festivalera.

Por Pontevedra dando guerra. Foto: Facebook.
Por Pontevedra dando guerra. Foto: Facebook.

Estás de gira con el Quartet Brossa Corda, ¿muy diferente a lo que solías hacer en directo?

Formalmente sí es muy diferente pero en esencia no tanto. Mucho tiene que ver con lo que aporta Álex Puig, el primer violín del Quartet Brossa, que ha hecho gran parte de las adaptaciones del disco a este formato. Hay ahí una riqueza musical increíble a la que yo no podría haber llegado sola. Para mí es alucinante verme envuelta en un show de luces como el que llevamos y el universo musical que hemos podido crear entre todos.

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