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Colección Indefinida es el nuevo disco del cantante sevillano, una recopilación de sus mejores temas en los que no faltan duetos con grandes de la música como Serrat, Rosana o Lolita. Mucho ha llovido desde aquella primera edición de Operación Triunfo que él califica como "un acontecimiento social desbordante".
Lo suyo no fue un ascenso meteórico como el de otros. Lento pero seguro, Manu se hizo a sí mismo autoproduciendo sus trabajos. Y en esa búsqueda de recursos rodó alguno de sus videoclips patrocinados por compañías aéreas en Laponia, Dubrovnik o Bangkok.
La verdad que maravillosa. En Laponia, aunque pasamos mucho frío, fue fantástico porque rodamos en un trineo tirado por perros. También hicimos un crucero por Dubrovnik, Venecia y Marsella que fue espectacular.Y España
¡Sin duda! Cualquiera de las Islas Baleares sería perfecta para rodar un videoclip. La gente se va fuera de vacaciones y aquí tenemos unas islas maravillosas. Menorca tiene un paisaje paradisíaco, con ese mar que nada tiene que envidiar al Caribe. Además España tiene grandes tesoros arquitectónicos. Hace poco estuve en el Vall de Boí, en el pirineo catalán, y disfruté muchísimo visitando sus iglesias románicas, que son una maravilla.
Por ejemplo, Cambados, en Pontevedra me encantó y disfruté mucho del marisco. Se come estupendamente. También, Icod de los Vinos, en Tenerife. Al principio pensaba ¿qué hago yo aquí? Pero después me conquistó con esa arquitectura encalada y colorida y rodeado de canarios que son muy buena gente.
Sí, viajo mucho por mi profesión pero también a nivel personal. Mi mujer y yo somos de 'culo inquieto'. Nos encanta y aprovechamos cualquier excusa para 'pegarnos un salto'. De hecho, cuando nos conocimos (un flechazo total) a los dos días nos fuimos a Nueva York una semana. Eso fue una locura. Podía haber salido mal pero lo pasamos de lujo.
Yo soy muy 'disfrutón'. Lo saboreo en cualquiera de sus vertientes. He disfrutado mucho haciendo el Camino de Santiago, pegándome unas caminatas de muerte, con mi mochila al hombro.El Camino de Santiago tiene una mística especial. Hay gente que lo hace para conectar consigo mismo.
Totalmente. Lo necesitaba porque estaba atravesando una mala racha a nivel personal. Estaba muy saturado, tenía el carácter muy agriado y necesitaba desconectar de todo. Fue mi mujer la que me animó a irme solo. Sabía que lo quería hacer y, la verdad es que fue una experiencia regeneradora que aconsejo a todo el mundo. De hecho, lo quiero repetir.
Yo fui desde Pedrafita do Cebreiro, en Lugo, y me alojaba en albergues y, sobre todo, en hostalitos pequeñitos muy coquetos y económicos, aunque no recuerdo cómo se llaman. Lo que no se me ha olvidado es la pulpería 'Casa Ezequiel', en Melide (A Coruña) en la que, sin darme cuenta, me pillé una borrachera con una pareja de cordobeses… Veníamos cansados y empezamos que si un poquito de pulpo, que si un ribeiro y cuando nos dimos cuenta teníamos en lo alto una papa…
La gente me reconocía pero me respetaba porque el perfil del viajero del Camino es respetuoso y sabe a lo que va. Viví una experiencia muy bonita con la decisión de ir a lo mío, hablar lo justo. Por ejemplo, a esa parejita de cordobeses que he mencionado antes y que siempre iban detrás de mí por el Camino, nos saludábamos lo justo, con cordialidad pero nada más. Curiosamente, se me fastidiaron los pies y el destino hizo que tuviera que ser yo el que me dirigiera a ellos para pedirles ayuda porque trabajaban en la Cruz Roja. Tenía los pies destrozados, con unas llagas enormes y la chica me los curaba todas las noches. A mí me daba apuro pero ella me decía que no tenía problema porque lo hacía con gusto. En el Camino existe una camaradería que te hace vivir momentos maravillosos.
Me encantan las islas como Mallorca e Ibiza. Durante mucho tiempo fui a 'la Ibiza tranquila', una isla que es mucho más que fiesta y discotecas. La gente payesa es formidable, cuando te integras descubres que son estupendos. Voy mucho a la playa de Talamanca aunque, últimamente, ha habido muchos despropósitos en Ibiza. Empezaron a construir en exceso y ya no es lo mismo.
Sin duda, el barrio de Santa Cruz, sobre todo por la noche. Ahora con la primavera es maravilloso. Recomiendo dejarte llevar por el romanticismo y la ensoñación de su arquitectura y de los faroles iluminando las calles, pasear por la plaza de Doña Elvira y, si lo haces escuchando la canción Dos cruces de Antonio Molina, mejor aún.
Hay muchas fantásticas. Recomiendo la Sierra de Huelva o la Sierra Norte de Sevilla, por la zona de El Ronquillo, colindante con Huelva. Jabugo es otro pueblo maravilloso y Ronda, en Málaga, es precioso.
Como soy 'disfrutón', me viene bien todo aunque soy un poco exquisito. Me gustan todos los tipos de cocina, la japonesa, la china, la italiana… pero tiene que ser de calidad, si no, prefiero no comer.
En Madrid voy al 'Silk & Soya' de cocina oriental pero que, además, tiene una tortilla de patatas que es un espectáculo. También me gusta mucho 'El Barril de La Moraleja'. Los callos de allí están deliciosos…Y en Sevilla, 'Casa Manolo León', por sus croquetas de cocido que quitan el sentido.
Lo primero que no tenga moqueta, que es un nido de porquería impresionante, y que las camas y las almohadas sean buenas.
El hotel 'Bahía del Duque' en Tenerife, es impresionante, y el hotel 'Princesa Yaiza' de Lanzarote me gusta mucho también, sobre todo porque es muy familiar y tiene muy buen miniclub para los niños. Cuando tienes un crío pequeño, como yo, se agradece. De hecho voy a aprovechar para hacer un llamamiento a todos los hoteles para decirles que el futuro está en los miniclubs. También voy mucho al hotel 'Royal Hideaway Sancti Petri' de la cadena Barceló, en Cádiz, que también tiene un gran club para niños. Mi hijo no quiere salir de ahí.
Mi mujer, Silvia, es la que lo suele hacer. Ella es una organizadora nata, lo hace muy bien.
Nueva York, para 'celebrarnos' mi mujer y yo.