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En Ruta con Raúl Arévalo

"Ante la cámara, la carretera de Martín Muñoz de las Posadas, en Segovia, queda espectacular"

Actualizado: 26/06/2018

Raúl Arévalo agradece a sus rodajes haber conocido lugares de nuestra geografía que de otra manera no hubiera visitado nunca. El último lo ha descubierto junto a Guía Repsol: el Meandro del Melero, en plenas Hurdes. El ganador del Goya 2017 a la Mejor dirección novel por 'Tarde para la ira' aún alucina con paisajes como las playas de Formentera o los arrozales de Isla Mayor, en Doñana. Conoció en Málaga los rincones más íntimos de Antonio Banderas y confiesa querer volver al pueblo de Carbonero El Mayor, en Segovia, a comer auténtico buey.

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Raúl Arévalo se apunta sin dudarlo al slow travel, a esos viajes que se saborean sin prisa desde el momento en que te sientas ante el volante y arrancas el motor, sin importar la hora de llegada al destino. "Aunque suena tópico, creo que el concepto de disfrutar del camino es algo que cada vez valoro más en mi vida. También en mi trabajo. Por encima de todo, lo que siempre se recuerda son los lugares donde has estado y a las personas que has conocido, el valor humano", asegura el madrileño. Con el apabullante paisaje de las Hurdes como escenario natural, el madrileño comparte con la Guía alguna de sus mejores experiencias viajeras.

Las Hurdes es el último destino que ha descubierto el actor.
Las Hurdes es el último destino que ha descubierto el actor.

¿Hay alguna ciudad que te haya dejado huella?

De todos los rodajes que he hecho he tenido la suerte de visitar muchos sitios de España, ciudades y pueblecitos a los que quizás nunca hubiera ido. De todos, tengo especial cariño a Málaga. Fue donde rodamos el Camino de los Ingleses, y desde entonces, vuelvo siempre que puedo. La ciudad forma parte de mi vida. Estuvimos a principios de verano, cuando aún no había mucha gente. Antonio Banderas nos enseñó rincones de Málaga que formaban parte de su infancia. Recuerdo la playa-balneario Baños del Carmen, el chiringuito de El Cabra, y la Bodega-Bar El Pimpi, en el centro, frente al teatro romano.

Raúl, en su papel de director en 'Tarde para la Ira'. Foto: Twitter
Raúl, en su papel de director en 'Tarde para la Ira'. Foto: Twitter

Dinos algún paisaje natural que te haya dejado sin respiración.

Hay muchos, desde las montañas de Galicia y Asturias, a las playas de Formentera. La primera vez que las vi aluciné. También el Coto de Doñana. Cuando rodamos la Isla Mínima, en la zona de Isla Mayor, todos los alrededores eran kilómetros y kilómetros de arrozales. Era muy impresionante verlo. Había una mezcla de flora y fauna que fue muy dura para el rodaje, pero también muy impactante visualmente. Las Hurdes también me han sorprendido. No las conocía antes de este rodaje con Guía Repsol. Son unos paisajes que lucen mucho a través de la cámara y de las fotos, pero en directo son aún más espectaculares.

Raúl junto a Javier Gutiérrez en la película 'Isla Mínima'. Foto: D.R.
Raúl junto a Javier Gutiérrez en la película 'Isla Mínima'. Foto: D.R.

¿Y alguna carretera espectacular que no te esperabas?

Las carreteras más bonitas que he visto en España han sido en el norte, en Asturias, País Vasco y Galicia. Pero curiosamente cuando rodé mi película Tarde para la ira, estuvimos por la zona del pueblo de mis padres, en Martín Muñoz de las Posadas, en la provincia de Segovia. Es una zona muy árida, muy seca, no es nada bonita, por mucho que yo ame mi pueblo. Pero curiosamente ante la cámara, la carretera de la Sierra de San Rafael (por el kilómetro 70) fotografiaba muy bien, era espectacular. Me sorprendió mucho y nunca lo hubiera dicho.

¿Un restaurante al que estés deseando volver?

Mis padres son segovianos y hay un restaurante en el que he estado un par de veces y al que quiero volver con mis amigos que se llama 'Mesón Riscal', en Carbonero El Mayor. Es el único sitio donde de verdad tienen carne de buey. Espectacular.

Con las maletas a cuestas en 'Vida inesperada", con Javier Cámara. Foto: D.R.
Con las maletas a cuestas en 'Vida inesperada", con Javier Cámara. Foto: D.R.

¿Cómo te gustan los bares de carretera?

Soy de los que les gusta parar en esos bares con solera donde te puedes comer un torrezno, un pincho de tortilla o un café con leche y croissant. Siempre me acuerdo de 'La Alegría', un bar típico de camioneros (ya cerrado) que había en mi pueblo (Martín Muñoz de las Posadas), que tenía ese poso que cada vez encuentro menos en los nuevos bares de carretera, muchos con apariencia de prefabricados. Uno que es buenísimo es el Landa, en la carretera Madrid-Irún, entrando a Burgos.

¿Qué música escuchas cuando conduces?

La playlist de los viajes la organiza mi novia. Yo soy más de buscar algo concreto en Youtube o Spotify. Soy muy variado, aunque descarto la música electrónica. Si tengo que elegir, La chica de ayer, de Antonio Vega, siempre me inspira un viaje.

¿Pensando en nuevos destinos para rodar? Foto: Facebook
¿Pensando en nuevos destinos para rodar? Foto: Facebook

¿Algún hotel que te haya dejado buen sabor de boca?

Me gusta mucho El Milano Real, un hotelito rutal de Ávila con vistas a la Sierra de Gredos.

Cuéntanos alguna anécdota gastronómica que hayas tenido en uno de tus rodajes.

En Comillas, estuvimos un mes y medio rodando Primo. Allí se come increíblemente bien. Me encantó 'Casa Cofiño', en Caviedes, a pocos kilómetros de Comillas; y el restaurante 'La Aldea'. La mejor carne, el mejor jamón, el mejor queso… era todo de tan buena calidad, que lo primero que hicimos todos los actores cuando llegamos a Madrid fue ir a comer una hamburguesa con patatas a un hamburguesería. Teníamos el cuerpo saturado de comer bien. "Que bien hemos comido, pero ahora nos apetece algo de guarreo", dijimos todos (ríe).

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