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Algunos piensan que son caprichos innecesarios pero otros no podrían vivir sin ellos. La industria del menaje de cocina avanza a pasos agigantados con ideas originales para solventar pequeños (o grandes) contratiempos. Mientras que unos objetos presentan un diseño sencillo e ingenioso, otros van más allá y no dudan en apoyarse en las nuevas tecnologías para hacerlos, incluso más futuristas y atractivos.
Está claro que la cocina es un área propensa a la investigación y la experimentación, y son muchos los pequeños inventores que buscan financiación en plataformas de crowdfunding o micromecenazgo para sacar adelante sus proyectos. Alrededor de los fogones se abre un terreno de investigación sorprendente y lo va a seguir haciendo durante mucho tiempo. Que se compre y se utilice el artilugio o no, eso es ya cuestión de las necesidades de cada uno.
Las tiendas de café en grano están volviendo a recuperar el auge que tuvieron hace décadas. Materias primas ecológicas, con tuestes artesanales… son el principal atractivo de estos tostadores de última generación y una delicia para los amantes del buen café. Los molinillos de metal con su manivela de pomo de madera han quedado como elemento decorativo. Las máquinas especializadas del siglo XXI están desarrolladas para no perder un átomo de la fragancia del café recién molido e incluso permiten ajustar el nivel de molido según se desee para un exprés o un capuchino.
El separador de grasas es uno de esos utensilios de cocina raros que no suele ser habitual en la cocina pero es un accesorio práctico cuando hay que desgrasar cantidades moderadas de caldo o salsas y que, a la hora de presentar en la mesa, no caiga algún desagradable tropezón sobre la carne del asado. Los separadores de grasa con formato jarra –con filtro y tapón desgrasador– son muy útiles porque llevan medidor incorporado. El separador es resistente al calor, se puede meter en el lavavajillas y tiene un mango antideslizante para un agarre cómodo y firme.
Son muchas las recetas que pueden enriquecerse con un queso fresco, desde una humilde tostada hasta una nutritiva ensalada. Pues bien, los más queseros pueden hacer fácilmente su queso fresco particular. Para realizarlo solo se necesita 1 litro de leche fresca (mejor entera) pasteurizada de vaca, cabra u oveja, y 30 ml de zumo de limón. Los ingredientes se meten en moldes de silicona especialmente indicados para ello. Después, se introduce en el microondas a máxima potencia hasta que la leche alcance los 90 grados centígrados.
Pimientos, champiñones, puerros, espinacas, lechugas, brócoli… Todas las verduras y frutas deben lavarse bien siempre, incluso cuando van a ser consumidas peladas o en zumo. Hasta ahora, hemos puesto las piezas bajo el grifo pero esto no es suficiente. Lo mejor es frotar su superficie con un cepillo para tal fin. Los hay con el mango en aro para facilitar su manejo y ecológicos, fabricados en bambú y las cerdas en plástico reciclado.
Durante el confinamiento, se puso muy de moda la fabricación de pan en casa. Pues bien, existe una herramienta que corta el pan de manera más cómoda y eficaz que el tradicional cuchillo. Consiste en una especie de segueta (un tipo similar utilizada en los trabajos de manualidades con madera) que permite cortar el pan con movimientos largos y de una manera suave, sin apretar, sobre todo, cuando la barra o el bloque está recién salido del horno.
La frase "para chuparse los dedos" algunas personas la llevan hasta sus últimas consecuencias, sobre todo, al comer snacks grasientos. A otras personas no les gusta nada que la ultracalórica tentación les deje desagradables y pringosos residuos en las extremidades. Para ellos, existe una especie de fundas que les hará rendirse ante la tentación de consumir entre horas.
Muchos programadores son apasionados de la comida deliciosa y perfectamente cocinada por lo que no es extraño que desarrollen instrumentos y aplicaciones para smartphone y cuyo trabajo conjunto sirva para controlar el tiempo y la temperatura de los alimentos sin tener que estar delante de la puerta del horno. Un sistema de cocción guiada que ayuda en cada paso del proceso de cocción (incluso el reposo de los alimentos) para garantizar resultados satisfactorios.
No nos engañemos, freír es algo engorroso. Se llena todo de humo, apesta la casa y la ropa, es complicado de limpiar… Existen freidoras sin aceite que realizan la misma labor mediante aire caliente. Este aire circula a alta temperatura –entre 80 y 200 grados– por lo que no hay ninguna necesidad de añadir grasa. Además, sirven también como horno de sobremesa por lo que también se puede preparar en ellos repostería casera y comer al instante.
En toda cocina moderna que se precie no puede faltar un ahumador. La cocina creativa utiliza esta técnica en muchos de sus platos e ingredientes para dar un aroma y sabor especial. Se puede jugar con diversos tipos de madera en formato serrín o virutas. En términos generales, cualquier madera dura y libre de resina es buena para ahumar pero entre las más apreciadas están el roble, el nogal y los frutales (manzano o cerezo). Por ejemplo, el vacuno puede personalizarse con roble y nogal mientras que el cordero queda espectacular con madera de roble y frutales.
Los cuchillos de cocina de calidad pueden durar toda la vida si se utilizan y cuidan convenientemente además, su precio no es muy asequible por lo que en ellos se hace una inversión. Un cuchillo bien afilado es más seguro al ser más preciso al cortar así como más cómodo de utilizar, ya que no hay que hacer grandes esfuerzos. Los afiladores profesionales son difíciles de encontrar actualmente, pero en el mercado existe una amplia gama de afiladores mecánicos que dan resultados profesionales y ocupan poco espacio en la cocina.
¿Por qué se llora cuando se corta una cebolla? Pues al picar o cortar cebolla se rompen algunos de los compuestos de la hortaliza que contienen azufre. Los ojos son húmedos y, al contacto con el agua, ese azufre se descompone en ácido sulfúrico. En ese momento, el cerebro reacciona pidiéndoles a los ojos que produzcan más lágrimas para poder diluir este ácido y así protegerlos. Una buena herramienta para evitar este problema es usar unas gafas protectoras que podemos utilizar para más fines como hacer running bajo la lluvia o protegernos del covid.
Ahora que está muy de moda maridar los menús con cócteles, para todos aquellos que quieran convertirse en los mejores anfitriones del mundo, existen cursos intensivos de coctelería donde aprender las técnicas básicas en poco tiempo. Una primera toma de contacto para empezar a manejarse con términos y técnicas como shaking o agitar los ingredientes; straining o colado de la coctelera; blending o licuado y el stirring o remover los ingredientes con una varilla de vidrio o metal. Se aconseja empezar a hacerse con buen equipo porque aprender a hacer buenos combinados… engancha.
Una comida bien presentada es más estimulante y emocionante. La forma de mostrar la comida en el plato es esencial y para tal fin, no hay nada mejor que unas pinzas de emplatado. Todas ellas cuentan con un diseño que permite manejar los alimentos, no solo para hacer el plato más estético, sino también para evitar aplastar o dañar los elementos al momento de servirlos. Las pinzas acodadas por ejemplo, se inspiran en las pinzas quirúrgicas. Este modelo permite coger los alimentos con delicadeza por lo que es muy útil con los trozos pequeños o que tienen una estructura frágil y delicada.
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