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El ajopollo, en el siglo XVII, era una salsa para acompañar pescados y verduras en tiempo cuaresmal. Como es natural no tenía aun tomate ni patata, pero sí la picada de pan, almendras y ajo, el aroma del azafrán, el comino y la pimienta y supongo que un buen sofrito de cebolla para hacer salsa. La llegada de la patata y el tomate, estos nuevos parientes de nuestras cocinas, convirtieron la salsa en este plato delicioso, que en Andalucía a veces se llama ajopoyo.
Patatas en ajopollo.
Preparación de Patatas en ajopollo
Pelar las patatas y cortarlas en dados.
Calentar el aceite en una cazuela o una sartén honda y sofreír los ajos, las almendras y el pan.
Pasarlos al mortero con los cominos, el orégano y, si se tiene, el azafrán.
En el mismo aceite sofreír las patatas, esparcir por encima el pimentón, dar dos vueltas y añadir los tomates en dados.
Cuando se hayan sofrito 2 o 3 minutos, añadir el agua necesaria para que queden medio cubiertas las patatas.
Medio tapar la cazuela o sartén.
Patatas disfrazadas de pollo.
Majar en el mortero ajos, almendras, pan con los granos de pimienta, comino, el azafrán si se tiene y una cucharadita de sal gorda.
Echar el majado en la cazuela cuando las patatas estén medio hechas, remover con suavidad y dejar al fuego hasta que la salsa esté ligada y todo en su punto, no en puré.