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Mirador de la era Felipe

Bayárcal, Almería

Hace años que no visito mi pueblo, pero necesito empaparme de la belleza natural de la que presume La Alpujarra. En lo alto del municipio, el mirador de la era Felipe me permite recordar, desde las enormes colinas hasta desembocar en el mar, cómo la variada flora ha sabido plantar sus raíces en mi tierra. Con un pincel imaginario decido dibujar la silueta del río Bayárcal, columna vertebral que humedece esta villa. Despidiéndose del río Adra, las desheladas aguas de Sierra Nevada descienden por su cauce hacia el valle, atravesando los densos pinares de Sierra Contraviesa, sonriendo a los frondosos encinares del Cerrajón de Murtas y acariciando las hojas caídas de los singulares tejos y acebos de Sierra de Gádor. Desde este balcón, contemplo perfectamente como pendientes y barrancos lo acompañan hasta llegar a Cherín y Lucainena que, en días de cielo abierto, parecen flotar sobre el mar que, desde lo lejos, forma parte de esta imagen de postal tan característica de Almería.

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