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A Capela

A Capela, con los cinco sentidos

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Un pueblo que grita A Capela. Su voz recorre la franja meridional de municipio en un bosque único, que de tanta belleza junta parece encantado. La voz se pierde aquí en el horizonte del verde de los árboles, los monasterios milenarios, los puentes romanos y el agua del Río Coberto. Uno que viste de azul salvaje salpicado por todas y cada una de las diversas tonalidades del Parque Natural de las Fragas do Eume. Él es el representante de A Capela, este pequeño pueblo a orillas de A Coruña que nos recorre los cinco sentidos. Su amplio pasado eriza la piel mientras que se visitan los museos enterrados por la naturaleza, entre los tejados grises de las casas bajas y alejados de la cultura de los edificios altos, produciendo un estremecimiento que atraviesa el cuerpo de aquel que acude al Museo Etnográfico de la Capilla, A Casa do Pazo o al Museo da Escola. El bello se pone de punta si uno da también con las momias de A Capela, situadas en la parte alta de la sierra de Forgoselo; representan otro de los innumerables paraísos boscosos de la zona norte la localidad y constituyen una parte importante de su patrimonio arqueológico.

Un lugar que se aleja de la ciudad estableciendo un pequeño universo donde viven las cascadas infinitas y donde huele a hierba y a requesón, sabor de la gastronomía de A Capela que abre el apetito de todo aquel que recorre sus calles, rodeadas de parajes naturales. En ellas no solo es posible degustar su producto típico, sino saborear la esencia gallega, los bosques mágicos que parecen de cuento y la cultura de la tierra. Este pueblo perdido inunda los cinco sentidos y tiene voz propia, admirando con la vista lo que solo se podía contemplar en un mundo imaginario.

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