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Abánades

¡Agua va… por el Tajuña!

La primera referencia que se tiene de este pequeño pueblo de la vega del Tajuña data del siglo XII. Aparece en el libro “Becerro de las Behetrías de Castilla” (1352), una especie de censo de la corona de Castilla, encargado por el rey Pedro I el Cruel. Uno de los mayores atractivos de la localidad es el agua. Cuenta con el Parque del Agua que alberga una piscina natural en las llamadas Pozas del Vadillo, formada por las aguas del Tajuña que caen por una cascada. Su Iglesia de San Pedro, del siglo XVI, destaca por su atrio románico a base de pequeñas columnas, y es un buen ejemplo de este estilo en la provincia. A pocos kilómetros se encuentran el Parque Natural del Barranco del Río Dulce y la cueva de la Canaleja, refugio de especies vulnerables de murciélago.

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