{{title}}
{{buttonText}}
1 /

Aguilar de Campoo

Viaje a la cuna de la galleta

Compartir

Ir a Aguilar de Campoo supone embarcarse en un viaje al corazón del románico palentino con un peculiar guía que volvería loco a un famoso monstruo de pelo azul: el dulce olor a galleta. Y no es una exageración, pues este pequeño municipio llegó a contar con cinco fabricas de galletas en los años 60, por lo que es conocido como ”El pueblo de las galletas”. Con tan distintivo aroma se adentra el visitante en esta villa con castillo, donde los restos de una muralla medieval y seis de las siete puertas que en origen la rodeaban, conservadas en perfecto estado, invitan a seguir cualquiera de los caminos de escudos que finalizan en la plaza central. Más de cien blasones esculpidos en piedra, repartidos entre las portadas de sus palacios, las fachadas de sus casonas, porches, portales y patios nos guían hasta la colegiata de San Miguel y el palacio de los Manrique, puntos centrales de la Plaza Mayor del pueblo. En su hermosa fachada de sillería con once balcones forjados se asoma un vecino que, a modo de pregonero real, indica a los viajeros dónde se encuentra el dulce templo de Gullón, antigua fábrica de Fontaneda, que cuenta con su propio escudo: una galleta de piedra preside la mayor tienda de variedades de este apreciado manjar, protagonista de los desayunos de nuestra infancia. Después de pecar en dicho establecimiento, nada como ejercitar las piernas con alguna de las rutas que ofrece el patrimonio paisajístico de la Montaña Palentina.