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Alfés

Casco antiguo medieval en el llano de secano

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Dejando atrás la bulliciosa Lleida, cuando la huerta recupera el matiz ocre de la tierra de secano, Alfés nos acoge tranquila encaramada sobre una loma. Es esta una pequeña población de casas bajas apiñadas con el sello común de los tejados antiguos y las callejuelas sinuosas. La tranquilidad del pueblo enorgullece a sus poco mas de trescientos paisanos y atrae aves de secano como el alcaraván común o la carraca. El cultivo principal de esta tierra laboriosa es el cereal y el almendro.

Pero no solo de trabajar vive el hombre, y en Alfés sus gentes celebran fiestas populares en la comarca como la patronal de Sant Sebastià, el 20 de enero, o la de Sant Salvador, el seis de agosto. El patrimonio religioso y medieval es su principal carta de presentación. En lo alto del pueblo, la ermita de Sant Salvador es el símbolo local y punto privilegiado de contemplación del llano de Lleida. Vale bien alargar la visita con el altar gótico de la iglesia de Sant Pere y el paseo por la villa medieval, llamada aún 'Vileta', con la calle de las cruces cristianas y la estrella de David y los restos de la antigua muralla. Ojo con las casas señoriales del casco antiguo, que tienen su máxima representación con la balaustrada renacentista de Cal Doctores.

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