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Aliaga

Un paisaje para representar todas las edades de la Tierra

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Desde hace muchos años, grandes grupos de holandeses e ingleses peregrinan a este pequeño municipio turolense de 350 habitantes. Lo que los atrae no son solo sus preciosas calles porticadas o su enorme ermita Virgen de la Zarza, de estilo barroco, construida en el siglo XVII en mampostería. Tampoco llegan por el castillo que preside el pueblo, que perteneció a la orden de Los Hospitalarios, del que quedan restos y trozos de murallas que permiten adivinar la impresionante fortificación de la que se trataba.

Todos estos grupos llegan por el entorno paisajístico de este pueblo cortado por el río Guadalope. En Aliaga es posible ver impresionantes extractos de caliza verticales, algo muy inusual. La curiosa disposición de estos extractos, que suelen ser normalmente horizontales, permite observar representadas todas las edades geológicas de la Tierra. Así, geológos de universidades holandesas y británicas vienen hasta aquí para estudiar las formaciones geológicas, los cabalgamientos y las disposiciones geosinclinales. Para los que no sean expertos, a lo largo del río se ven cartelitos que explican estas formaciones. Además, en el pueblo se ha erigido un centro de interpretación. Todo en conjunto, convierte a Aliaga en un interesante parque geológico.

A raíz de este crecimiento del turismo, el pueblo cuenta con dos casas rurales, un albergue y un camping. Además de un agradable establecimiento, regentado por el Ayuntamiento, el Molino Alto. Varios de estos locales se encuentran en los barrios que se crearon en los años 60, cuando el pueblo vivió un gran auge demográfico a partir de su central hidroeléctrica y de las minas. Ambas infraestructuras en desuso en la actualidad.

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