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As Nogais

De los castros a las torres defensivas

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En el confín meridional de Os Ancares lucenses, y con sus características casas de tejado de pizarra, As Nogais es un enclave de geografía montañosa y fluvial (el Navia lo cruza de un extremo a otro) que, sin embargo, dispone de muy fácil acceso directo para el viajero por encontrarse a los pies de la A-6. Su condición de puerta de entrada a Galicia desde León explica la existencia de las torres medievales de Doncos (devastada por los franceses en la Guerra de la Independencia) y Torés, edificaciones defensivas que ejercían de atalayas de unos 20 metros de altura para otear el horizonte.

Pero los orígenes históricos son remotos: cualquier vecino nos ayudará a encontrar los restos castreños de Quintá, Vilabol y Vilaesteva. La aldea de Doncos cuenta con una pequeña y bonita iglesia, Santiago de Doncos, cuyo reloj, instalado en 1908, dispone de un mecanismo para predecir la meteorología. Los viejos del lugar cuentan que durante años ese reloj estuvo cinco minutos adelantado para que los vecinos no perdieran el autobús.

Desde As Nogais tenemos a tiro los concellos tanto de Becerreá (uno de los puntos con mayor actividad microsísmica de toda la península ibérica, y con el famoso y laberíntico Bosque de Os Grobos) como de Cervantes, remoto corazón de Os Ancares. Allí donde hasta principios de los años setenta algunas familias aún vivían en 'pallozas', las milenarias construcciones circulares con techo de paja que albergaban tanto a los integrantes del hogar como al ganado. Alguna palloza-museo en Piornedo así lo acredita.

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