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Cástaras

Querremos volver...

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A lo mejor dar con este pequeño pueblo nos resulta un poco complicado, sobre todo porque no está en un lugar de paso, pero una vez que lo encontremos nos daremos cuenta que el esfuerzo habrá valido la pena. Si vamos en busca de tranquilidad, desde luego que no nos arrepentiremos de haberlo buscado, ya que esta es una de las características que más lo identifica. Además, cuando veamos el resto de atractivos que nos tiene que mostrar, seguro que le reservaremos más de una página en nuestro libro de viajes.
Estamos en un pueblo que conserva sus tradiciones más antiguas, en el que el agua brota en todos sus rincones y que se rodea de verdes paisajes. Recorrerlo será una auténtica gozada. Al pasear por los tres barrios en los que se divide, uno de ellos declarado bien de interés cultural, el alto, nos iremos topando con sus hospitalarios habitantes, los que no tendrán ningún inconveniente en darnos cualquier indicación que necesitemos. Preguntemos por la iglesia de San Miguel, de maravilloso artesonado, o por la Ermita de la Virgen de Fátima, en la que vive la patrona; en ambos templos se llevan a cabo los principales eventos de las festividades dedicadas a estos santos, para los patrones en agosto, y para la patrona en mayo.
Al terminar el recorrido, no olvidemos comprar chorizo, morcilla o salchichón, o las tres cosas, pues será un buen recuerdo para llevarnos y compartir con nuestros familiares.

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