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Corcubión

Tan pequeño, tan bello

El municipio más pequeño de toda la provincia coruñesa es, al tiempo, uno de los indiscutiblemente hermosos: goza desde 1984 de la catalogación como conjunto histórico-artístico y la Xunta lo reconoció en el año 2000 como “municipio turístico gallego”. Su espectacular iglesia de San Marcos (un guiño a Venecia, por la importancia comercial de este puerto ya desde la Edad Media) es de gótico marinero del siglo XIV, con fachada neogótica y presidida en el interior por una gran talla de San Marcos da Cadeira, de estilo gótico veneciano y datada en el siglo XV. La iglesia, Bien de Interés Cultural, y representa el gran tesoro religioso de la villa, aunque San Pedro de Redonda (la segunda y última parroquia de todo Corcubión) es una pequeña y muy valiosa iglesia románica del siglo XII con motivos vegetales en la decoración exterior.

La gran joya civil es el castillo de Cardeal, que llegó a contar con 12 cañones montados y hace pareja con el del Príncipe de Ameixenda, justo en la otra orilla de la ría, ya en Cee. El ayuntamiento se enclava en una casa indiana de 1924, el edificio José Carrera, mientras que la oficina de turismo (con sala de exposiciones), en pleno puerto, aprovecha las instalaciones de la que hasta hace no tanto era la cárcel de Corcubión, un edificio rústico de 1858.

La mejor playa, la de Quenxe, presenta el atractivo adicional de contar a su vera con el Museo Marítimo, abierto en 2001 y con más de un millar de objetos relacionados con la vida marinera en la Costa da Morte. También en Quenxe, en el lugar de Oliveira, se encuentra un pequeño castro sin excavar de los siglos I y II antes de Cristo. Y si se pone rumbo hacia Fisterra el viajero descubre el faro de Cabo Cee, que ilumina a los hombres que surcan el Atlántico desde 1860.

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