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Cuevas Bajas

Riqueza heredada del Genil

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A orillas del Río Genil y sobre una llanura de tierras fértiles, Cuevas Bajas se erige como un típico pueblo del corazón de Andalucía. Con una vida tranquila marcada por las labores del campo, su economía se mueve al son de la agricultura. El aceite es su principal protagonista, pero la exquisita zanahoria 'morá' es la estrella del invierno desde el siglo VII.

Su monumento más importante es la Iglesia de San Juan Bautista, del siglo XVIII y con una fachada de mampostería y ladrillo visto, igual que su espadaña. A su alrededor, la calle Real y la Plaza de la Reja albergan algunas de las viviendas señoriales más interesantes, como la Casa de los Cristales o la Casa de Felipe Quintana. También la antigua Venta de Juan González, donde se reunían algunos de los bandoleros más famosos del siglo XIX debido a la situación estratégica de Cuevas Bajas entre las provincias de Sevilla, Córdoba, Granada y Málaga. En esa época el pueblo tuvo el sobrenombre de 'Cuevas de los Ladrones'.

Las aldeas de La Moheda y El Cedrón son también parte esencial de este municipio, con una riqueza natural que se puede recorrer gracias a diversos senderos o incluso navegando por el propio río Genil que llega con aguas del deshielo de Sierra Nevada buscando el Guadalquivir. El turismo activo es una estupenda forma de conocer monumentos como la Noria de la Agusadera, del siglo XIX, o las llamadas Huertas del Marqués, aún regadas gracias al sistema de acequias ideado por los árabes. También destacan la vieja calzada romana, la necrópolis de la Edad del Cobre o los yacimientos de la Cueva de Belda, que demuestran cómo la zona estuvo habitada desde el Paleolítico. Muchos objetos interesantes se pueden conocer en el Museo Arqueológico municipal.

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