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Fuentes Calientes

La estepa que se convirtió en reserva de aves

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Como es habitual en los municipios turolenses, el nombre elegido da mucha información sobre el pueblo. En el caso de Fuentes Calientes, la denominación le llega por una preciosa zona de gran valor ecológico con un gran número de fuentes de agua que surgen de las rocas calizas. Este accidente natural está rodeado de juncos, sauces cabeceros y chopos. Un bosque único cuyas fuentes además abastecen a la población.

Siguiendo un antiguo camino de la ribera del arroyo de la Vega, se llega al paraje del Molino. Un entorno precioso donde se encuentra el antiguo molino harinero, que ahora ha sido transformado en el CIMA, Centro de Interpretación de los Molinos de Agua, un proyecto museográfico de Juan José Barragán. Pero Fuentes Calientes no es solo una tierra de barrancos y bosques de ribera, situados en las estribaciones montañosas, sino que otro de sus sectores está formado por paisajes suaves y alomados en los que se pueden ver los cultivos de cereal. En estos parajes naturales han consolidado al municipio turolense como todo un referente para la observación de aves esteparias como alaudidos, ortegas, alcaravanes y sisones y avutardar. Por esa razón se creó la reserva Ornitológica del Mas de la Cirugeda, en 1997. La importancia de la agricultura ecológica en la zona —una revolución en la provincia— favorece el mantenimiento de esta reserva.

En cuanto al patrimonio cultural del núcleo urbano destacan la iglesia parroquial de la Asunción, del siglo XVI, y estilo gótico-renacentista, con su torre; la casa de los Palestinos y el Trinquete, una antigua lonja.

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