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Híjar

Pasado escrito por cristianos, moriscos y judíos

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Una de las mejores impresiones que ofrece Híjar al visitante se inicia en Semana Santa. Durante la medianoche del Jueves Santo comienza el “romper la hora”, un momento en el que cientos de tambores y bombos laten al unísono por las calles del municipio. Es el preludio de una de las procesiones más entrañables, la de los Despertadores. Poco a poco va amaneciendo y los rayos de sol tiñen de luz la esencia de los diferentes barrios del pueblo. Por un lado, el cristiano se asienta en torno a la cuadrangular plaza de la Villa o España. Por otro, el morisco se encuentra en el extremo opuesto a la judería que con sus calles estrechas aún guarda el legado de esa cultura en San Pedro Abad. Ese templo, situado en una plazuela triangular, fue antigua sinagoga. Cuando se alcanza el cénit del día, la iglesia de Santa María la Mayor aparece dominando en su máximo esplendor. De aires mudéjares, se sitúa en un altozano muy próxima a los restos del palacio de los Duques. Híjar muestra un casco histórico que desprende luz a través de su rico pasado.