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Lupiana

El reclamo monacal

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Tiene mucho encanto esta pequeña villa (título concedido por el rey Felipe II en 1569), cercana a la capital Guadalajara. Sus atractivos artísticos son varios. Si el visitante para en sus calles lo va a pasar bien, porque la oferta cultural, véase arquitectura, es muy interesante.

En el centro urbano puede visitar la iglesia de  San Pedro, del siglo XVI, con portada plateresca y un interior de inspiración gótica; hay que ver el ayuntamiento con atrio, galería y torre del reloj, y la picota del siglo XVI, con alto graderío y remate con dragones.

En los entornos frondosos del valle del río Matayeguas, la visita obligada es al monasterio de San Bartolóme, primero de la orden Jerónima en España. El edificio es de planta rectangular, con dos alturas y estilo renacentista. Destaca, sobre todo, el claustro mayor, obra de Alonso de Covarrubias (1535). Es Bien de Interés Cultural (BIC). Actualmente, el monasterio es propiedad privada y se utiliza para menesteres muy alejados a los de su origen.

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