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Miravete de la Sierra

El orgullo de ser “el pueblo en el que nunca pasa nada”

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“Miravete de la Sierra, un lugar único lejos del mundanal ruido. En sus apacibles calles no hay coches, no hay semáforos, bueno, de hecho, no hay nadie. La hora punta es la compra del pan. El acontecimiento más importante del año fue el cambio de look de Ángel”. Así presentaba Timoteo al pueblo en el que vive y lo hacía al mundo entero. Bajo el lema de “el pueblo en el que nunca pasa nada”, una agencia de publicidad lanzó a la fama a este pequeño municipio turolense en el que están empadronadas 28 personas, pero en realidad solo viven 12 vecinos. Además, de la creación de una página web que permitía el recorrido virtual por el pueblo, se podía comprar las miniaturas de los 12 abuelitos de Miravete.

Es un pueblo pequeño, claro, pero con mucho encanto. Con un precioso puente de piedra del siglo XVI con suelo enguijarrado que da entrada a un entresijo de calles y casas empedradas. En el núcleo urbano destacan su iglesia gótico-renacentista de 1574 (que tiene una pasadizo que la comunica con la calle del Palillo), la plaza Mayor y el ayuntamiento. También cuenta con la ermita de San Cristóbal situada al margen del río Guadalope.

En su entorno natural destacan dos yacimientos paleontológicos declarados Bien de Interés Cultural y varios árboles monumentales. Todos ellos se pueden visitar dando un bonito y tranquilo paseo. Porque… “aquí nunca pasa nada. Y a ti, ¿cuánto hace que no te pasa nada?”

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