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Pesquera

Por la calzada romana del Besaya

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Pesquera es uno de los municipios más pequeños de Cantabria y con menos habitantes pero mantiene, sin embargo, una intensa agenda de actividades como si todavía viviera el trajín de la Calzada romana del Besaya, el eje que desde tiempos de Roma comunicaba la meseta con la costa. Esa calzada es uno de los principales atractivos de Pesquera, con un recorrido de un par de horas, en ascenso constante entre bosques y otros espacios de gran belleza, que cruza la aldea abandonada de Somaconcha, punto más alto del recorrido, con excelentes panorámicas.

En otro de los pueblos de Pesquera, Ventorrillo, se inicia el tramo conservado en Cantabria del Camino Real de las Hoces, de mediados del siglo XVIII, lo que confirma la importante situación estratégica que durante siglos vivió el municipio. Por ejemplo, entre el XVIII y el XIX, las aguas del Besaya molieron cantidades formidables de harina procedente de Castilla y con destino al Puerto de Santander, al que llegaban en carros y vagones ferroviarios por varios caminos del valle, tal y como se explica en el Centro de Visitantes Camino de la Harina, situado en Ventorrillo.

Además, Pesquera conserva uno de los pocos rollos o picotas de piedra, con planta circular, de Cantabria, con cuatro cabezas de animales labradas en su parte superior.