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Tabuenca

Sorpresas en plena Ruta de la Garnacha

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A los pies de la Sierra de Nava Alta, próxima al macizo del Moncayo, se sitúa la pintoresca localidad zaragozana de Tabuenca. En su casco urbano sobresale la iglesia gótico-mudéjar de San Juan Bautista (siglo XVI), con varios retablos renacentistas en su interior, así como el edificio renacentista de estilo aragonés que ocupa la Casa Consistorial. En el antiguo hospital nos podemos asomar a un pequeño museo etnográfico. En los alrededores del pueblo se suceden hasta cuatro ermitas, así como unos yacimientos arqueológicos de origen celtíbero en el paraje del Cerro del Calvario. En lo alto de una loma, también en las afueras, se conserva un molino de viento tradicional.

Numerosas rutas pasan por Tabuenca, así que lo mejor es recorrer estos senderos que discurren entre viñedos y olivos para sentir toda la magia de esta localidad que forma parte de la Ruta de la Garnacha. El paisaje que abarca esta ruta enoturística (territorio de la Denominación de Origen Campo de Borja) ha sido declarado Espacio de Interés Turístico de Aragón. Tabuenca cuenta con bodegas donde se elaboran excelentes vinos. El cuarto domingo de Cuaresma, en la ermita románica de San Miguel, se conmemora una tradición muy arraigada en la localidad. Tras la misa, los vecinos comen el típico Pastel de los Santos, relleno con huevo duro, chorizo, longaniza, lomo y costilla de cerdo. Para acompañarlo se bebe vino en bota mientras se cantan las 'lendrinas': el trago debe durar lo que dura la canción.

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